Amigo Manuel, Manolo para los amigos. Nadie se acordará de nosotros cuando estemos muertos , decía el título de un libro. Pero eso no es verdad, Manolo, apenas hace un mes de tu muerte y te seguimos recordando todos. Tus amigos, tu familia, tus hijos, pero especialmente tu esposa y compañera, Marisa, que durante 44 años compartísteis juntos todas la vivencias de la vida.

A Isabel y a mí no se nos puede olvidar la fecha de abril de 1964, que fue cuando nos casamos: solo nos llevamos 8 días entre nuestra boda y la vuestra. Pero el destino quiso separarte de todos.

Manolo, tu muerte nos llegó a todos por sorpresa. Ya que el día anterior nos dijo Marisa que estuviste paseando por los pasillos de la clínica, y por la noche viendo el partido del Real Madrid-Barcelona. Ya que a ti te gustaba el fútbol.

Amigo Manolo, tus amigos te echamos mucho de menos por los ratos que pasamos juntos, recordamos cuando celebramos tu jubilación en la cochera de Jesús, eran muchos los recuerdos que nos unían, pero no sabemos nuestro destino.

Amigo Manolo, se nos acabó tomarnos juntos los vinos en el hogar, se nos acabó hablar de nuestras cosas, de la finca, del huerto, de las cerezas, higos y aceitunas, y también de los viajes del Imserso y de los balnearios. Tú que tuvistes que suspender el viaje de Palma de Mallorca.

Pero que no no esperábamos nadie que fuera para emprender otro viaje, el más largo, el que es para siempre, y el que todos tenemos que hacer, y al que todos estamos apuntados.

Amigo Manolo, desde estas líneas nuestro mejor recuerdo para ti, por todos los ratos que pasamos juntos. Hasta siempre, amigo. Algo se muere en el alma cuando un amigo se va .

Angel Serradilla Jiménez