Los aniversarios son sólo fechas en rojo en el calendario social, subrayadas para no olvidar algún hecho importante. El del 12 de noviembre del 2007, hace ahora un año, no ha sido necesario remarcarlo porque se revive a diario en el corazón de quienes más te quisieron: tu mujer, tus hijos, tus hermanas, los sobrinos...la lista es muy extensa e incluye a los amigos, los que te conocían de toda la vida, los que te llamaban Puli y los que te conocimos tarde, sin saber que nos quedaba poco para disfrutar de tu empuje y tu energía, de la pasión con que defendías tus ideas, de tus ganas de reírte de todo, de restar dramatismo a los golpes que te llevaste, las mismas que pusiste en tus proyectos, muchos a lo largo de tu corta vida.

Menos mal, Puli , que el último, ese hotel de la calle Pizarro donde dijiste adiós, el proyecto de tu vida con mayúsculas, aquél que empezaba a ser realidad, por fin, después de tantos dolores de cabeza y sinsabores, se alimenta del mismo espíritu que trasmitiste a tus hijos y a Angeles. Han recogido el testigo con la fuerza que les da acabar tu obra. Te sentirías muy orgulloso del legado que dejaste. Allá donde estés bebe a nuestra salud y sigue riendo.

Tus amigos