Han sido las primeras navidades que pasamos sin ti los que te queremos, ya que la maldita innombrable te alejó de todos nosotros un día de mayo, mes de María.

No nos dio tiempo de despedirnos de ti, solo a algunos, pues no esperábamos que la maldita viniera a visitarte.

Espero que allí donde te encuentres estés bien junto a tus hermanas, Flora y Costa (mi madre), a quien la maldita se llevó cuando el año 1992 tenía sólo unas horas.

Tita Chon, vela por Pepe, M. José y Esther pues nos has quedado sin sombra a todos, en plena oscuridad.

Siempre te llevaré en mi corazón. Hasta siempre.

Tu sobrina