TCtada vez que intento ordenar mis recuerdos termina faltándome o sobrándome algo. Como cuando desmontas y montas un aparato averiado para escudriñar sus tripas por si, ingenuo, puedes arreglarlo. En realidad los recuerdos son mecanos llenos de piezas inventadas para suplir las carencias, para cuadrar lo que nos falta. En el fondo, con el paso del tiempo las cosas que recordamos cada vez se parecen menos a las que fueron. Pero las carencias no sólo pertenecen a los recuerdos, son patrimonio de muchas cosas, como la soledad. El pasado martes, si mis recuerdos son ciertos, leí un reportaje sobre una empresa estadounidense que se dedica a alquilar mascotas por horas. Por 60 euros puedes quedarte un perro todo el fin de semana. No es tan caro comprar compañía y la puedes elegir por catálogo a través de internet. Y la cosa funciona, porque van a empezar a abrir sucursales en Europa. Y funcionará, porque la soledad, igual que las carencias, es patrimonio universal. Supongo que el tener una mascota los fines de semana que te haga compañía, un animal amaestrado que te dedique todo su tiempo y te borre la soledad con las orejas levantadas y los movimientos de rabito, es una forma de construir recuerdos, aunque sean de catálogo. ¿Que a qué viene todo esto?, pues que estos días estoy viendo a Mariano Rajoy muy solo. Y con muchas carencias. ¿No creen que la política también es un mecano con piezas falsas? Dentro de un tiempo, cuando Rajoy ordene sus recuerdos, posiblemente le faltará algo o le sobrará mucho. No sé, quizá todo iría mejor en política, o en la vida, si uno pudiera elegir a sus compañeros o a sus adversarios, aunque fuera por catálogo y a través de internet. Al menos, al final, no habría que inventar los recuerdos.