Los equipos de rescate tratan de localizar los cuerpos de cinco de los diez marineros que viajaban en el pesquero O Bahía, hundido el miércoles en la Costa de la Muerte gallega. Ayer fueron recuperados los otros cinco cadáveres y se cree que los demás también han muerto y pueden estar en las bodegas del barco hundido.

Una red de pesca y un rastro de aceite a cuatro millas y media de Malpica hace sospechar que ése es el lugar donde se hundió el arrastrero. Una mala noticia, pues la zona es profunda, entre 60 y 70 metros, lo que dificulta el rastreo no sólo para hallar a los marineros perdidos, sino para examinar el casco y averiguar la causa del accidente.

La principal hipótesis es que un brutal golpe de mar causó el naufragio. El fallo técnico o humano está casi descartado, ya que el O Bahía era un barco moderno, de cinco años de antigüedad, con dos revisiones pasadas con éxito, dotado de moderna tecnología y gobernado por una tripulación experta. Su patrón y armador, Herminio Castro, llevaba navegando desde los 14 años.

Castro era un hombre muy querido en su pueblo y en la crisis del Prestige se convirtió en abanderado de la lucha contra el chapapote poniendo el O Bahía a disposición de la cofradía para frenarlo. Su cadáver es uno de los cinco localizados.

El arrastrero gallego venía de pescar anchoas en el País Vasco. Tras una escala en el puerto lucense de Burela, regresaba a casa cuando las condiciones metereológicas comenzaron a empeorar. Poco antes de las ocho de la tarde del miércoles se produjo el accidente. Media hora después, el centro de Salvamento marítimo de Finisterre recibió la señal de socorro de una radio baliza de emergencia. El barco se había perdido con sus 10 tripulantes.

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, apuntó la posibilidad de que la mayoría de los marineros "estuviesen durmiendo". Los expertos creen que tuvieron muy mala suerte pues es poco frecuente que ningún tripulante pudiese comunicarse.