Otra amenaza pende sobre los viajeros aéreos. El comité de expertos de la Comisión de Transportes de la Unión Europea acordó el año pasado la reducción del tamaño de los equipajes de mano. La nueva obligación debía entra en vigor este mes, pero las presiones de EEUU han logrado una moratoria de un año. Los norteamericanos no estaban dispuestos a cambiar su norma y ello hubiera provocado serios problemas cuando sus viajeros llegaran en tránsito a Europa. Los mismos que ahora sufren los pasajeros de terceros países que llegan cargados de botellas de alcohol y perfume y deben desprenderse de ellas. O bebérselas de un trago, como narra un testigo que ocurrió en el Charles De Gaulle.