La refinería de Repsol en el puerto de A Coruña carece de unas instalaciones adecuadas para descargar rápidamente el fuel procedente de los barcos anticontaminación. Una de las mayores embarcaciones que ha acudido en ayuda del Gobierno español, el ´Rijndelta´ holandés, ha estado durante dos días atracado a la espera de poder deshacerse de las casi 3.000 toneladas de fuel que succionó la semana pasada.

Las bombas de la refinería carecen de fuerza para hacer la operación en pocas horas. La semana pasada, el barco ya tuvo que esperar otros dos días para vaciar depósitos. Las autoridades españolas han prometido que llegarán bombas con más potencia. El principal problema es que el fuel del ´Prestige´ es enormemente espeso, mucho más que el petróleo que se trata en la refinería. La presencia del ´Rijndelta´ le costará a España 30.000 euros por día.

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