Extremadura se ha convertido en un refugio perfecto para echar a volar. Al contrario que otros insectos, las mariposas han encontrado en la región el clima idóneo en el que vivir durante los meses más fríos del año y no todas huyen precisamente del mal tiempo. La que no lo hace es la especie Lemonia Philopalus, una de las menos conocidas y más raras de las que vuelan por el país, porque habita especialmente en el norte de Africa, desde Argelia hasta Egipto. Lo que quizás tampoco saben los extremeños es que este peculiar habitante, que tiene un gran tamaño, es una especie protegida incluida en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura y en el de Especies de Interés Especial.

Lo más sorprendente de este ejemplar es que es muy escaso en España y extremadamente raro de ver, por ello la Asociación Española para la Protección de las Mariposas y su Medio, que ha registrado su presencia en la región, quiere llamar la atención a los extremeños sobre la importancia de su conservación. "Es importante que la gente conozca que se trata de una especie que se debe proteger. Es un ejemplar muy sensible al exceso de ganadería porque devora las plantas necesarias para la mariposa; también las fumigaciones contra plagas como la lagarta peluda o la procesionaria del pino matan a las orugas de esta especie si no se realiza de forma correcta", señala el presidente del colectivo para su defensa, Yeray Monasterio. Asimismo, es con frecuencia objeto de comercio ilegal, alcanzando precios muy elevados en el mercado de ejemplares disecados para coleccionistas.

Pese a que difícil de atisbar, sorprende que busquen el invierno de la región cuando su familia, la Lemoniidae, de la que solo hay dos especies en el país, se refugia en zonas del país especialmente gélidas como Galicia, Segovia y en el norte de Madrid. Algunas de las costumbres de este peculiar ejemplar es que además de requerir bajas temperaturas para dejarse ver, vuela exclusivamente durante la noche y la luz les atrae irresistiblemente, convirtiéndolas en presa fácil de salamanquesas, gatos,...

En la península se contabilizan más de 4.000 especies de mariposas, inlcuidas las diurnas y las nocturnas, pero durante años apenas han existido registros de esta especie, debido a las fechas desapacibles en las que se puede encontrar. Los adultos aparecen en invierno y los huevos permanecen a la espera de mejores condiciones climáticas hasta la primavera. Las orugas se alimentan de diversas plantas bajas carnosas, como la lechuga silvestre, desarrollándose y creciendo hasta junio. Es en este momento, cuando el calor, se entierran en el suelo para formar la crisálida y permanecen en esta fase hasta las primeras lluvias intensas del otoño-invierno, instante en que el suelo se ablanda, permitiéndoles salir nuevamente al exterior y dejarse ver, como ahora, por Extremadura.