La región italiana de Emilia Romaña (en el norte del país) ha decidido plantar cara a los movimientos antivacunas con la aprobación de una ley que promete polémica. La administración obligará a las familias a inmunizar a los niños que van a la guarderías tanto públicas como privadas. Es la primera vez que una región italiana adopta una legislación de este tipo en todo el país.

La nueva normativa regional, que llega tras un encendido debate, exige que los padres de niños de entre 0 y 3 años presenten, en el momento de inscripción en los centros, la documentación que certifica que sus hijos han recibido las vacunas previstas por la sanidad italiana.

Al no estar en edad escolar (que en Italia es a partir de los 6 años) y al ser facultad de la región (que decide sobre todo lo relacionado con niños de menos de 3 años), si los padres no presentarán la documentación, los niños no podrán ir a la guardería.

UNA LEGISALCIÓN QUE HACE CORTO

A pesar que el Estado italiano ya prevé la obligatoriedad de algunas vacunas básicas -contra la poliomielitis, difteria, hepatitis B y tétanos-, un creciente número de familias no están cumpliendo con la norma en estos últimos años. Decisión que justifican con el decreto presidencial de 1999 en mano, según el cual los niños no inmunizados también pueden ir a la escuela.

“Nuestra ley apunta a tutelar la salud pública y evitar que las enfermedades se propaguen”, explica Stefano Bonaccini, presidente de la región de Emilia Romaña, que también cree que los antivacunas generan “discusiones sin fundamento”. Bonaccini también afirma que la iniciativa abre la puerta a que otras regiones italianas adopten legislaciones similares. La decisión de Emilia Romaña ha sido aprobada con los votos de los concejales del Partido Democrático (PD), de Izquierda y Libertad y de los derechistas Fratelli d’Italia y Forza Italia. En cambio, el Movimiento Cinco Estrellas del cómico Beppe Grillo votó en contra y la xenófoba Liga Norte se abstuvo.

En el plazo de un mes también hay previsto aprobar otro decreto a través del cual se concretarán los pasos a seguir. Se calcula que serán al menos 32.500 los niños afectados por las nueva legislación, por lo que los padres tendrán tiempo hasta junio del 2017 para cumplir con la nueva disposición. El objetivo es que al menos el 95% de la población infantil esté vacunada y así cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

SATISFACCIÓN DESDE LAS INSTITUCIONES SANITARIAS

“Ha sido una decisión valiente y necesaria”, comenta el presidente del Instituto Nacional de Salud de Italia, Walter Ricciardi, que ha dejado caer la posible aprobación de una ley nacional sobre la misma cuestión. Ricciardi alerta, además, de un posible regreso de enfermedades que se creían casi erradicadas en Italia, como la poliomielitis, la difteria y el tétanos.

El mismo presidente del organismo sanitario se ha encargado de recordar que en el 2015 murió un bebé tras haber contraído tosferina y otro ha sido contagiado recientemente de difteria. Un estudio de la Universidad de Milán ha concluido que solo el 30% de los niños han sido vacunados contra la varicela, a raíz del desconocimiento que hay sobre esta posibilidad.

LIA, LA NIÑA QUE NO PODÍA IR A LA ESCUELA

La decisión de Emilia Romaña llega después del gran revuelo del caso de Lia, una niña de la Toscana afectada por una grave inmunodeficiencia y que no podía acudir a la escuela porque varios niños de su clase no estaban vacunados. “Me dirijo a ustedes, señores que no han vacunado a sus hijos: ¿saben que en Estocolmo ha reaparecido la difteria y que en Alemania un niño murió recientemente de sarampión?”, dijo entonces la responsable de Derecho a la Salud de la región de Toscana, Stefania Saccardi.

En los últimos cinco años, el número de niños no vacunados en Italia ha alcanzado la cifra récord de 358.000, de los cuales 139.747 no recibieron el tratamiento en los últimos dos años, según datos de la Sociedad Italiana de Pediatras (SIP). Desde esta organización advierten de que Italia se encuentra en una situación “al límite de los parámetros de seguridad”. El revuelo también ha ido acompañado por la alarma que se ha encendido en la región de Toscana después del fallecimiento de dos mujeres adultas de 45 y 60 años, contagiadas por meningtis C. Ahora se teme la posibilidad de una epidemia.