Después de 20 días apartada durante seis horas diarias de sus compañeros del instituto Camilo José Cela de Pozuelo de Alarcón (Madrid), Najwa, alumna de 4° de ESO, ha podido volver al aula. La joven fue separada de sus compañeros por llevar hijab en clase. Hoy, la estudiante ha sido recibida con un abrazo por sus compañeros al entrar en clase, "un momento muy bonito", ha recordado la joven.

Najwa dejó de asistir a clase porque profesores del centro impidieron que entrara por incumplir el artículo 32 del reglamento de interior del centro, que especifica que "en el interior del edificio no se permitirá el uso de gorras ni de ninguna otra prenda que cubra la cabeza". Los docentes decidieron poner a la estudiante en la sala de visitas del centro, adonde acudían sus compañeros a llevarle los deberes y algunos profesores a explicarle las lecciones.

"Me sentía bastante discriminada y muy apartada de mis compañeros, me sentía bastante sola", ha apuntado. Para ella, llevar el hijab es "un acto de sumisión" a su Dios, al que respeta "bastante". ,Najwa ha afirmado que lleva la prenda porque le gusta su religión y seguirá utilizando el pañuelo islámico "pase lo que pase". La joven ha dicho que ya tiene edad para decidir si lleva la prenda pero ha reconocido que sus padres han intentado persuadirla para que no se lo ponga.

Tras el revuelo ocasionado por la decisión adoptada, el Consejo Escolar --el órgano competente-- mantiene que el "reglamento debe ser aplicado" aunque se reunirá para votar las propuestas recibidas para modificar el polémico artículo.

UNA SOLA NORMA PARA TODOS

A sus compañeros les parece "injusto" que el centro se plantee cambiar la norma por una sola persona ya que los que se sentirían excluidos serían los demás. Adriana, una alumna del instituto, opina que "independientemente de la religión, en el instituto se consiguió que se retiraran los crucifijos, por lo que si hay gente que practica la religión católica no es justo que ellos no puedan tener su crucifijo en la clase y ella pueda llevar el velo en la cabeza".

Adriana ha añadido que no le parece bien que la tengan que apartar de clase porque "eso es excluirla" aunque ha asegurado que sí le parece bien el hecho de que "se tomen medidas". "Quizá esa no haya sido la más adecuada, pero sí que se deberían tomar medidas por que si no, sería excluirnos al resto", ha comentado.

A otra compañera, Marta, le parece "injusto que ella pueda llevar la cabeza tapada" y ellas no puedan. "Por la misma que ella lleva un velo, yo mañana vengo con una pamela y no me pueden decir nada, aquí somos todos iguales", ha indicado, y se ha preguntado "quién asegura que en un examen no pueda estar copiando con un pinganillo". "Éste es un colegio laico y el pañuelo es un símbolo religioso y no se puede llevar", ha apostillado.

CRESTAS Y PELOS DE COLORES

Mohamed Malha, padre de la menor, ha asegurado que el centro se ha negado a colocar una foto del equipo de hockey en la que aparece su hija con el pañuelo islámico e incluso se ha impedido a un niño con quimioterapia a que cubra su cabeza con una gorra. Najwa lleva, según su progenitor, dos meses sin estudiar y se la ha examinado en solitario en la sala donde ha sido apartada.

"El hijab es una cosa y los estudios, otra" ha dicho Malha, quien ha argumentado que los compañeros de su hija van con "colores en el pelo y cresta y nadie dice nada". "Está en su derecho", ha sentenciado. "La polémica se cierra si la niña vuelve a las clases" o si se cambia el reglamento que se lo impide "siempre respetando sus derechos fundamentales", ha dicho Mohamed Said Alilech, presidente de la Asociación de Jóvenes Musulmanes.

El caso ha sido puesto en conocimiento del subdirector general de Coordinación y Promoción de la Libertad Religiosa del Ministerio de Justicia, Juan Ferreiro, y Malha ha presentado un recurso ante el Ministerio de Educación, ha informado el departamento que dirige Ángel Gabilondo.

FOMENTAR LA DISCRIMINACÓN

La Asociación de Trabajadores e Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME) ha reclamado a la Comunidad de Madrid que intervenga urgentemente para "restituir" el derecho fundamental a la educación, "independientemente de su cultura o religión", de la joven. La organización ha responsabilizado a la Educación de la situación de Najwa y ha mostrado su "total desacuerdo" con estas medidas "discriminatorias" de la dirección del centro.

La junta directiva de ATIME ha exigido que a la dirección del colegio asuma su responsabilidad y proceda a la reincorporación inmediata de la joven y les ha recordado que el derecho constitucional a la educación "prevalece sobre las normas del colegio". "Este tipo de medidas solo consigue fomentar la discriminación, el rechazo y dificulta la integración escolar", ha añadido.