La reina del ajedrez sólo tiene once añitos. Acaba de proclamarse campeona de Extremadura absoluta en Cáceres, ante chicas de hasta 27 años. Su brillante proyección le augura un futuro prometedor, sin olvidar que es una niña que juega por diversión y que sus metas en la vida abarcan muchísimo más que un tablero de ajedrez.

Pilar González Benavides fue subcampeona de España sub-10 en Linares (Jaén). Tenía ocho años. También fue la mejor sub-10 de la región. La campeona más joven de la historia del ajedrez extremeño juega en el club Reino de Caissa de Badajoz, al que llegó hace un año de la mano de su entrenador, Marco Antonio Delgado. Ascendieron a Primera División con la ayuda de Pilar, que jugó dos de las tres partidas. La joven se inició en el Santa Isabel, hace cuatro años.

"Siento orgullo y mucha emoción por ser la campeona", resalta con timidez "Super Pili", para añadir que "ha sido muy dificil porque las demás juegan muy bien. Me hace más ilusión ganar a las mayores porque parece que llevo más años jugando...".

Aún así, considera que tuvo más mérito ser subcampeona de España, "porque era más complicado al haber más participantes y ganarle a niños también". Tiene dos retos, "ser campeona de España este verano y también me gustaría que jugaran más chicas al ajedrez", subraya.

Pilar estudia en el Lope de Vega de Badajoz. Está acabando primaria y va al conservatorio en primero de grado medio de piano. Le gustan todos los deportes, en especial el baloncesto. También hace danza española. Su hermano, José Antonio es el campeón regional sub-14 y acaba de ser tercero en el torneo Casco Antiguo, tras dos grandes maestros como Ibragim Khamrakulov y Holden Hernández.

José y Luisa María son los padres de Pilar. Resaltan que su hija "es muy trabajadora, constante y competidora". Para ellos, sus victorias "son una responsabilidad. Tras ser subcampeona de España, fue el centro de atención y todos querían ganarle, pero no dejaba de ser una niña de 8 años y siempre preocupa eso".

Sin embargo, con el apoyo de su familia, Pilar lo lleva muy bien. Dedica al ajedrez apenas dos horas a la semana, "y sabe lo que es ganar, empatar y perder. Este deporte es duro y solitario y siempre hay que estar con ella para animarla".

El tiempo dirá si acaba siendo una niña prodigio en el ajedrez mundial, como el polaco Reshevsky, que con ocho años, en 1919, derrotaba a jugadores expertos, el cubano Capablanca, que con trece años ganó al campeón de su país en 1901, o el español Pomar, que a la misma edad, en 1944 hizo tablas con el campeón mundial. Sea lo que tenga deparado el futuro a Pilar, lo importante es que disfrute con lo que hace, sin pensar más allá de su próximo jaque mate.