"Esto es un sobresueldo, tal y como está la cosa…y más a fin de mes”. Manuel no oculta el rendimiento que saca a unas oficinas vacías de las que disponen en la céntrica calle Sierpes. Cuando llega la Semana Santa, todo aquel en Sevilla que tiene un balcón con vistas a las procesiones, mejor si es para el recorrido común de camino a la catedral (la denominada ‘carrera oficial’) no tiene reparos en meter a desconocidos en su casa. Eso sí, previo pago de una jugosa cantidad. El contraste es llamativo: en la ciudad que alberga el barrio más pobre de España, según datos del INE, alquilar las vistas sobre una procesión en el corazón de la ciudad puede costar tanto como el alquiler de un piso durante casi un mes y medio e incluso bastante más.

CRISTINA CLAVEROL

Los datos los arroja un estudio realizado por el buscador inmobiliario Nuroa.es. En cuanto empieza la cuaresma, surgen como setas los anuncios de particulares y empresas que ofrecen sus balcones, una actividad económica que suele realizarse a espaldas de Hacienda. Las cantidades son astronómicas, pero si hay gente que paga cifras desorbitadas por una entrada para la final de Champions o en la reventa de un concierto, también la hay que se lleva la mano al bolsillo con gusto cuando se trata de olor a incienso, nazarenos y música de cornetas.

ESCALA DE PRECIOS

Alquilar un balcón para 10 personas frente a lacatedral de Sevilladurante unas pocas horas puede llegar a costar entre 1.000 y 2.000 euros, aunque en internet los hay de hasta 3.500. Más de dos meses de alquiler, teniendo en cuenta que arrendar una vivienda en Sevilla tiene un coste medio de 740 euros. Por supuesto, hay escala de precios. No es lo mismo estar en la carrera oficial que una esquina en la que se ven de lejos algunas de las hermandades. Y tampoco es lo mismo la ‘Madrugá’ del Jueves al Viernes Santo, cuando salen la Macarena, la Esperanza de Triana y el Gran Poder, las tres hermandades más conocidas de la ciudad y que más devotos tienen, que el resto de la semana. Y tampoco cuesta lo mismo alquilar por días sueltos que toda la semana para disfrutar sin agobios de las casi 60 hermandades que conforman la Semana Santa de Sevilla.

Mybalcony.com, una empresa intermediaria creada hace cinco años por dos malagueños y que trabaja con distintas fiestas españolas, explica que sus clientes suelen ser grupos de amigos o empresa para atender compromisos comerciales. En cada balcón, o en cada casa, entran de 10 a 30 personas. “Trabajamos con empresarios hoteleros, restaurantes, academias de idiomas…”, explica José Fernández, uno de los socios. Son negocios que en estas fechas tienen que cerrar casi obligados por las circunstancias y las dificultades para acceder a sus locales, y que cuentan con la ventaja de que “tienen espacio libre y no se altera tanto su interior con el trasiego”.

AGLOMERACIONES

En los últimos años, los dos socios se han lanzado y disponen de su propio piso con balcón, con capacidad para 12 personas donde el precio por individuo y día oscila entre los 50 euros del lunes y el martes hasta los 200 de la 'Madrugá', la mitad si se trata de un niño. Alquilar el espacio en exclusiva alcanza los 1.800 euros la noche del jueves al viernes.

También ofertan pisos de particulares, bien de propietarios que huyen de las aglomeraciones de estas fiestas o de gente que gusta de compartir su experiencia con desconocidos, explicándole los detalles de cada imagen o paso que ven. Muchos de los que alquilan un balcón, señalan, son familias con carritos de niños pequeños o personas mayores con movilidad reducida, para los que sería un reto callejear por calles abarrotadas de devotos y curiosos. Entre varios de ellos se juntan para hacer el desembolso, “y cada uno luego lleva la comida: uno torrijas, otro ensaladilla…”. Algunos, hasta una pequeña nevera.

LA 'MADRUGÁ'

El concepto de “convivencia” lo destaca también José Antonio, que alquila su balcón en plena Campana, el centro neurálgico de Sevilla e inicio de la 'carrera oficial'. Dice que es el primer año que se atreve a hacerlo, tal vez por temor a que ese ingreso no declarado llegue a conocimiento de Hacienda. No muestra pudor a mostrar su intimidad a un desconocido, “porque se supone que quien viene es educado”, y reconoce que aunque inicialmente solo alquila el balcón, “es obvio que si estamos cenando le ofreceremos lo que haya, al final es como un amigo que entra en tu casa”. De momento, tiene alquilada la 'Madrugá' a dos matrimonios de Barcelona. Prefiere no hablar del precio, “porque es algo que se negocia”, aunque el anuncio en una web indica que es de 1.200 euros por toda la semana.

Caterina, una mallorquina afincada en Sevilla desde hace un año junto a su pareja, también ha decidido este año alquilar sus balcones en una calle del centro, por la que pasan algunas hermandades, a un tiro de piedra de la 'carrera oficial'. Con capacidad para hasta 15 personas, aún no tiene nada cerrado, pero se sorprende por la elevada demanda, sobre todo de los propios sevillanos. Cree que la gente que alquila este servicio es de nivel alto. Insiste en que se trata de una “ayuda”, y que ella estará en la vivienda todo el tiempo.

A ESPALDAS DEL JEFE

La oferta de Manuel responde a otro perfil. Como dispone de otras oficinas, alquila junto a sus compañeros informáticos (al parecer a espaldas del jefe) la que tienen en la calle Sierpes. Tres balcones grandes más una azotea, 1.500 euros la semana, en los que “atenderán a toda la gente que quepa” porque “se trata de sacarle rendimiento a estos días”. Los interesados, afirma, son gente de los pueblos de alrededor y de fuera de Sevilla “que no saben callejear por la ciudad y se agobian con las aglomeraciones”.

La mayoría de los balcones ofrecen servicios complementarios, como wifi, cocina para preparar la comida propia o incluso catering externo. Algunos incluso contratan un cortador de jamón o un show flamenco para una inmersión total en la cultura andaluza, apunta Mybalcony. El alcohol suele ser habitual para hacer más llevaderas las horas de espera contando nazarenos hasta que llegan las imágenes religiosas, de ahí que un compañero de Manuel tuviera que lidiar el año pasado con las propuestas sexuales de una de las mujeres del grupo que había alquilado el balcón de la oficina: "Ya se sabe, en la 'Madrugá', la gente pasa todo el tiempo bebiendo”.