Los condenados por pederastia en el Reino Unido deberán proporcionar sus direcciones de correo electrónico a la policía, que, a su vez, se encargará de facilitarlas a los proveedores de redes sociales de internet para que les bloqueen el acceso. Esta es una de las medidas que el Gobierno británico anunció ayer para proteger a los menores usuarios de populares páginas web como Facebook y Bebo. Los convictos por delitos sexuales contra menores que no suministren esta información, o que den direcciones falsas a las autoridades, podrían enfrentarse a penas de hasta cinco años de cárcel.

Las propuestas del Ministerio del Interior fueron anunciadas después de que se hiciera público que el 49% de los menores de entre 8 y 17 años del Reino Unido tienen un perfil en una red social de internet, según un estudio del regulador de telecomunicaciones OFCOM. Las medidas deben ser desarrolladas, por lo que no se espera que entren en vigor hasta el próximo otoño. El ministerio está considerando además la posibilidad de obligar a los pederastas a registrar también el número de teléfono móvil de estos convictos.

La verdadera efectividad del plan es ya objeto de controversia: en primer lugar, por la facilidad y la rapidez con que se pueden abrir nuevas cuentas de correo electrónico o crear perfiles ficticios, y, también, por la naturaleza global de internet, que dificulta la aplicación de la legislación para proveedores que se encuentren fuera del territorio del Reino Unido.

La ministra del Interior, Jacqui Smith, admitió que el plan "no es completamente infalible", pero apuntó que es un primer paso en una dirección que pretende "encabezar el camino internacionalmente", trabajando con "todos los agentes posibles". Smith añadió a continución que "es necesario patrullar por internet para mantener a los depredadores alejados de los niños, del mismo modo que se patrulla el mundo real".