El Papa colocó ayer a un comisario pontificio al frente de los Legionarios de Cristo, la congregación creada en 1941 por el pederasta Marcial Maciel (1920-2008). El elegido es el arzobispo Velasio De Paolis, de 74 años, con quien el Vaticano pretende resolver el desbarajuste en el que su fundador había sumido a la orden.

El anuncio de la Santa Sede, de dos escasas líneas, contrasta con el largo comunicado del pasado mayo sobre la "vida sin escrúpulos" de Maciel, que usaba varios pasaportes, consumía drogas, abusaba de seminaristas de su congregación y fue padre de al menos un hijo. El fundador de la orden ultraconservadora adquirió mucha importancia durante el papado de Juan Pablo II, pero Joseph Ratzinger nunca le vio con buenos ojos.

De Paolis era hasta ayer el ministro de Economía del Vaticano, lo que se interpreta como una señal de que Benedicto XVI quiere aclarar las finanzas de la congregación. Sin embargo, otros vaticanólogos auguran que se encargará un informe a una agencia externa. Fuentes católicas de EEUU atribuyen a los Legionarios una fortuna de 20.000 millones de euros, mientras que Luis Medina, director de la orden en Italia, cifró los beneficios del 2009 en "unos 40 millones", todos reinvertidos según él.

PRIORIDADES El comisario, cuyo nombramiento fue recibido por la congregación con "optimismo y esperanza" se ocupará antes de otras dos cuestiones: definir en qué consiste la peculiaridad de los Legionarios y revisar el sistema de autoridad por el que funcionaban mientras vivía su fundador. La Santa Sede apartó a Maciel de su cargo en el 2006, y le impuso "una vida retirada de oración y penitencia".

La aparición de más casos de abusos de menores a manos de religiosos abruma a la Iglesia belga. En el último episodio conocido, un sacerdote de unos 40 años ha denunciado el hostigamiento por parte de la jerarquía eclesiástica desde que denunció que un cura le vejó de niño.