La próxima madrugada comienza el horario de invierno, por lo que los relojes deben atrasarse una hora (a las tres de la madrugada serán las dos). Estos 60 minutos que se ganan se traducirán en que por la mañana amanecerá antes y, por la tarde, oscurecerá una hora más temprano.

El cambio se realiza en aplicación de una directiva que afecta a todos los países de la UE. El motivo es el ahorro energético, que algunos sectores cuestionan por entender que no son iguales los horarios industriales, comerciales, escolares y familiares en el norte que en el sur de Europa. Según el Instituto para la Diversificación y Ahorro en la Energía, el mejor ahorro se da en la eficiencia energética, por lo que recomienda aprovechar al máximo la luz natural.