Las temperaturas bajaron hoy a niveles considerados como normales en Francia para el verano, al igual que el número de ingresos en las urgencias de los hospitales, mientras que los servicios fúnebres trabajan sin descanso para poder dar sepultura a las alrededor de 3.000 personas fallecidas por el calor.

El presidente de la Asociación de médicos de urgencias hospitalarias de Francia (Amuhf), Patrick Pelloux, estimó que el flujo de pacientes volvió hoy a "niveles normales", aunque advirtió que ahora habrá que hacer frente a la llegada de personas con problemas ligados a la hipertermia, como las embolias pulmonares o accidentes vasculares cerebrales.

Pelloux indicó que han sido ocupadas todas las camas liberadas por el plan blanco sanitario en la región parisiense, donde este dispositivo excepcional para situaciones de urgencia entró ayer, jueves, en vigor. Tras reconocer que la ola de calor ha provocado entre 1.500 y 3.000 muertos en Francia, el Gobierno autorizó ayer a los prefectos a que activen el plan blanco en otras regiones si fuese necesario. Pero el problema sigue siendo acuciante en los tanatorios.