Renfe ha iniciado un expediente con propuesta de sanción a la empresa Segurisa, responsable de los vigilantes de seguridad en la estación de Atocha, por el incidente que tuvo lugar el pasado 11 de octubre con un pasajero negro pero descarta que hubiera agresión racista, como ha reconocido el propio viajero.

Según ha informado Renfe, se ha abierto un expediente con propuesta de sanción por falta grave por la actitud de sus vigilantes involucrados. De acuerdo con la normativa, la empresa podrá presentar alegaciones a dicha propuesta de penalización, por lo que no será definitiva hasta que se resuelva por completo el expediente.

El incidente en la estación de Atocha se originó cuando un viajero se quejó a un vigilante de seguridad del comportamiento indebido de otro pasajero, que impedía con un patinete la bajada y subida normal al tren de otras personas.

En ese momento, según consta en el informe, un vigilante de Segurisa que estaba en el andén subió al tren de Cercanías para requerir al viajero que permitiese el normal movimiento de las demás personas. Al hacer caso omiso a esas indicaciones, el vigilante de seguridad pidió ayuda a sus compañeros.

Disputa con los vigilantes

En el interior del tren se suscitó una discusión, que ha sido objeto de múltiples vídeos compartidos en redes sociales que sólo muestran esta parte concreta del incidente, "no los hechos ocurridos con anterioridad" y que sí están mencionados en el informe, han señalado desde la compañía.

Todo ello derivó en la decisión, por parte de los vigilantes de Segurisa, de pedir al viajero que mostrase su billete (algo que reglamentariamente pueden hacer cuando se produce alteración de orden público) y, posteriormente, que abandonase el tren, con un constante intercambio de descalificaciones, "inadmisibles" por ambas partes y por las que Renfe ha decidido expedientar a Segurisa en el caso de sus vigilantes.

Al negarse este viajero a abandonar el tren y ofrecer resistencia, se produjo un forcejeo entre los vigilantes de seguridad y el viajero. Finalmente, ya en el andén, el viajero fue inmovilizado y los vigilantes requirieron la presencia de la Policía Nacional, que le acompañó hasta el exterior de la estación. Uno de los vigilantes, además, presentó una denuncia, que acompañó de un parte de lesiones.

Agresión racista

Renfe reitera su "desprecio" hacia cualquier manifestación o comportamiento de carácter racista, comportamiento que en este caso no se produjo, según se deriva de los informes propios de la empresa y de las declaraciones del propio viajero afectado, en las que él mismo descartaba que la incidencia con los vigilantes de seguridad tuviese origen racista.

"Renfe insiste en dejar claro que no acepta ni aceptará entre sus trabajadores ni entre las contratas que trabajan con la compañía ningún comportamiento que contravenga los derechos humanos ni altere las más elementales normas de convivencia y respeto a cualquiera de sus viajeros con independencia de su raza o religión", concluye la compañía.