Renfe vivirá a partir de finales del 2004 una situación paradójica y muy negativa para su cuenta de resultados. Dispondrá de los trenes AVE más modernos del mundo, capaces de circular a la velocidad récord de 350 kilómetros por hora, pero no habrá vías por las que puedan circular hasta, como mínimo, un año y medio después, a mediados del 2006, la fecha que ahora se plantea oficialmente para la entrada en servicio del AVE Madrid-Barcelona.

Renfe aprobó encargar los 32 AVE para el Madrid-Barcelona a Talgo y a Siemens, el 24 de marzo del 2001, con un presupuesto de 740 millones de euros. Cada una de ellas se comprometió a entregar un primer tren de pruebas en octubre del 2003 y, a partir de marzo del 2004, los convoyes definitivos, de modo que todos estuvieran en condiciones de circular en diciembre del 2004, fecha inicialmente prevista para la puesta en marcha de la línea.

Si las dos empresas cumplen el calendario, Renfe se verá obligada a desembolsar las cantidades acordadas sin obtener a cambio la alta rentabilidad que se prevé para el Madrid-Barcelona. "Unos pocos trenes --no hacen falta más que unos ocho-- cubrirán el trayecto Madrid-Lleida, si este finalmente ha arrancado.

EN HANGARES

El resto reforzarán el Madrid-Sevilla o harán las veces de Euromed o Altadis, circulando muy por debajo de sus posibilidades", explican fuentes del sector ferroviario. "Serán como unos Ferrari rodando por carreteras nacionales", añaden. Algunos incluso podrían quedar en los hangares.

Ante este panorama, no es de extrañar que Renfe haya aceptado sin rechistar el retraso en la entrega del primer tren de pruebas de Siemens. En el fondo le favorece. La empresa alemana ha comunicado a la compañía ferroviaria que no entregará el tren de pruebas hasta finales del primer trimestre del 2004.