Hace tres años, la danesa Anja Ringgren Lovén puso en marcah en Nigeria la oenegé African Children’s Aid Education and Development Foundation. Su objetivo, rescatar a los niños brujo, pequeños, algunos apenas bebés, que son abandonados en la calle por sus familias pues están convencidos de que esas criaturas son brujos.

Su acción, no obstante, ha alcanzado notoriedad mundial esta semana después de que Ringgren Lovén colgara en la página de Facebook las sobrecogedoras imágenes del rescate de un niño de apenas dos años que ella localizó en la calle, desnudo, desnutrido y deshidratado.

Las fotos muestran como la activista primero le da de beber de una botella de agua, para acto seguido envolver al bebé en una manta y llevárselo a la sede de su oenegé.

Allí, lavaron, visitieron y alimentaron al pequeño, al que examinó un médico. El crío fue bautizado como Hope (Esperanza, en inglés). A los pocos días, su estado había mejorado sensiblemente. Las fotos muestran al pequeño, aún con heridas en la piel, pero sonriente.

En su cuenta de Facebook, esta activista señala: “Os he ahorrado muchas de las experiencias que he vivido con estos rescates. Miles de niños son acusados de ser brujos y sufren todo tipo de abusos. Hemos visto niños abusados, torturados y aterrorizados”.