Las reservas de agua de los pantanos españoles han aumentado por vez primera desde el pasado mes de mayo. El crecimiento de la última semana ha sido muy modesto, del 0,3%, equivalente a 181 hectómetros cúbicos, pero ha dado un ligero respiro a la situación de sequía, sobre todo en determinadas áreas.

Las más beneficiadas por las lluvias han sido las zonas abastecidas por los embalses de la cuenca del Ebro y de las cuencas internas de Cataluña. La reserva de los primeros ha crecido en 128 hectómetros cúbicos, tres cuartas partes del aumento en el conjunto de la península. En las cuencas catalanas el aumento ha sido más modesto, de 32 hectómetros, pero porcentualmente ha sido el más significativo. Tienen un 4,4% más de agua.

FRENAR LA CAIDA Para las áreas en situación más crítica las lluvias sólo han servido, sin embargo, para frenar la caída en picado de sus reservas. La cuenca del Segura ha subido 4 hectómetros, la del Tajo 15 y la del Júcar se ha quedado en las mismas cifras que la semana anterior.

La lluvia recogida en toda España ha sido muy abundante, con una media de 44,1 litros por metro cuadrado, más del 10% de toda el agua caída durante el pasado año hidrológico. El total de reservas se sitúan en 20.937 hectómetros, un 39,3% de la capacidad total.

La ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, celebró el ligero aumento, pero avisó de que sería necesario que llueva de forma casi ininterrumpida hasta Navidad para recuperar una situación de normalidad. Las previsiones meteorológicas no abonan esta hipótesis.

El Gobierno mantiene activas todas las medidas excepcionales previstas para paliar los efectos de la sequía, entre las que figura la aprobación el viernes de un decreto que dará cobertura legal al intercambio de derechos de uso del agua entre cuencas.