Los restos mortales del matador de toros Víctor Barrio, víctima de una cornada mortal el sábado en la plaza de toros de Teruel, reposan en Sepúlveda desde ayer a la espera del funeral, que se celebra hoy en la iglesia de San Bartolomé de este municipio, para la que la familia ha pedido respeto y consideración con el fin de preservar el carácter íntimo que desean.

El coche fúnebre con el cadáver del malogrado torero recaló ayer por la tarde en el tanatorio de Sepúlveda, acompañado de sus familiares más directos. Más tarde se instaló la capilla ardiente en el polideportivo municipal, entre las 19 y 23 horas. La autopsia le fue practicada esta mañana en el Hospital Provincial de Teruel y a continuación fue trasladado hasta el municipio donde residía junto a su esposa, Raquel Sanz, y donde tenía su peña taurina más numerosa, a escasos kilómetros de Grajera (Segovia), el pueblo donde el diestro había nacido el 29 de mayo de 1987.

La capilla ardiente estuvo ornamentada con varios cuadros e imágenes del torero fallecido, una de las cuales figura desde esta mañana en el balcón de la casa consistorial de Sepúlveda, en la plaza Mayor, junto a un capote con un crespón negro prendido en su percal.

"INJUSTA LA VIDA" Por su parte, la viuda del torero Víctor Barrio, Raquel Sanz, utilizó las redes sociales para mostrar el su tremendo dolor por la trágica muerte de su marido. "Siempre soñamos con la portada de la Puerta Grande de Las Ventas. No pudo ser. Injusta vida. La que se me ha ido contigo", es el primero de los tres mensajes escritos por Sanz ayer. También quiso agradecer a la localidad segoviana de Sepúlveda, donde ambos residían, todo el dispositivo que están llevando a cabo para que paisanos, amigos y aficionados le den el último adiós a Víctor Barrio.