TCtuando se habla de aniversarios es inevitable mirar hacia atrás. Situarnos en el punto de partida y comprobar los logros conseguidos. Esa ojeada por el retrovisor es buena. Tendemos a magnificar los problemas de hoy sin acordarnos de las luchas libradas para superar los del pasado.

Los aniversarios sirven para ayudarnos a poner pie en pared y para saber que si antes pudimos es muy posible que ahora también lo consigamos. Veinticinco años está a punto de cumplir la Asociación de Criadores de Porcino Ibérico y hablando con su secretaria técnica, Elena Diéguez , sobre el mal momento que viene atravesando el sector, fue cauta a la hora de calificarlo como el peor de su historia porque, al mirar por el espejo, recordó el tiempo en que comenzaron la andadura. El año ochenta y cinco, en plena cruzada contra la peste porcina africana.

Durante un larguísimo periodo fue un tema con enorme presencia en los informativos, sobre todo desde que la información y la administración se hicieron más asequibles al contar con un gobierno propio. En España había zona libre, zona de vigilancia y zona afectada. Mucho se luchó por abandonar las dos últimas categorías que impedían que salieran animales fuera de nuestro territorio, y eran muchísimos los que precisaban salir de Extremadura. Se hablaba de línea roja, se hacía un incansable trabajo de campo, se concienciaba a los ganaderos. Recuerdo a Francisco Amarillo , consejero de Agricultura en aquellos duros tiempos, y a Antonio Cabezas y su trabajo contra la peste, y en todo el ámbito de la sanidad animal, desde la consejería.

La voz de Diéguez, sus expresiones y paréntesis, demuestran su lucha y su implicación. También demuestran que el retrovisor le recuerda que pueden ganarse las batallas.