No hubo, en principio, error humano. El accidente de autocar en el que el pasado domingo murieron ocho personas en Orpesa (Castellón) fue consecuencia de un reventón en una de las ruedas delanteras del vehículo. Así lo confirman, al menos de momento, las pruebas recogidas por la Guardia Civil. Pese a ello, la delegación del Gobierno en la Comunidad Valenciana insistió ayer en no descartar aún ninguna hipótesis, mientras siga abierta la investigación sobre el caso.

Tras el pinchazo del neumático, el autocar saltó la mediana, llegó hasta el arcén contrario y dio dos vueltas de campana. El impacto, explicaron ayer los pasajeros ilesos, "fue brutal". En el accidente fallecieron el conductor del autobús --un vecino de Cartagena (Murcia) de 46 años-- y siete pasajeros, seis marroquís cuya repatriación pagará Mohamed VI y una catalana. Otras seis personas seguían anoche ingresadas graves en Valencia. El resto, una treintena de origen magrebí, regresaron ayer a sus lugares de destino, en dos vehículos contratados por la Generalitat Valenciana, que los trasladaron a Tarragona y Barcelona.

Asimismo, 18 horas después y prácticamente en el mismo lugar, una furgoneta en la que viajaban cinco magrebís, que resultaron heridos, se salió ayer de la vía por un reventón de ruedas.