El rey Felipe VI destacó ayer el valor de «la superación personal» así como «la determinación de alcanzar una existencia mejor» como grandes activos de los galardonados en los premios Princesa de Asturias. Durante su discurso en la ceremonia de entrega, el monarca parafraseó al escritor austriaco Stefan Zweig para subrayar que los premiados proceden de «una misma patria: la patria del conocimiento, de la cultura, de la ciencia y de la solidaridad. Una patria de fronteras trazadas por la sabiduría, la entrega a unos ideales, el esfuerzo y la inteligencia».

La alocución de Felipe VI destacó la «la sensibilidad y la vocación de trascender» que hace «excepcionales» a los galardonados, a los que calificó como «símbolo de nuestros anhelos, de las mejores ambiciones y aspiraciones».

LOS GALARDONADOS / El monarca glosó los méritos de todos los premiados. Del cineasta Martin Scorsese, premio de las Artes, afirmó que «hace explotar la pantalla con emociones puras y extremas. Los instantes que sobreviven, los que nos dejan marcados, las imágenes que conmueven nuestra retina para siempre». De la periodista mexicana Alma Guillermoprieto, Premio de Comunicación y Humanidades, resaltó su defensa «a ultranza» de la verdad que la «ha convertido en una de las mejores reporteras del mundo»

LA SALUD EN ÁFRICA / A los ganadores del Premio de Cooperación Internacional, la oenegé Amref Health Africa, les agradeció haber mejorado notablemente «la sanidad y la salud de millones de personas en el continente africano» y les animó en su objetivo de «conseguir la cobertura sanitaria universal en el África subsahariana para el año 2030». El rey Felipe VI ensalzó el alpinismo como un «deporte mítico» que exige «disciplina, valor y espíritu de sacrificio, destreza y precisión», unos valores que han hecho merecedores del Premio Princesa de Asturias de los Deportes al italiano Reinhold Messner y al polaco Krzysztof Wielicki. También ha apreciado los méritos de la novelista Fred Vargas, Premio de las Letras, por haber «revitalizado el género de la ‘novela enigma’». Del premiado de Ciencias Sociales, el filósofo Michael Sandel, alabó sus reflexiones sobre «el diálogo, el debate público, la justicia y el bien común» concebidas «para ser útil a la sociedad». A Svante Pääbo, uno de los fundadores de la paleogenética que recibión el Premio de Investigación Científica y Técnica, Felipe VI le agradeció que sus hallazgos «nos hacen entender mejor qué somos, por qué y para qué estamos aquí. El monarca también alabó a la doctora Sylvia Earle, premio de la Concordia por sus estudios sobre los mares, por su lucha en defensa de los océanos: «Ha conseguido aumentar las áreas marinas protegidas».

Ha sido la quinta ocasión desde que comenzó su reinado en la que Felipe VI preside la gala de los premios que, con el relevo en la Corona, pasaron a llevar el nombre de doña Leonor, que tampoco este año participó en la ceremonia del Campoamor.

Entre los premiados, Sandel animó a que los ciudadanos, al margen de sus antecedentes o circunstancias sociales, deben hacer «preguntas difíciles sobre cómo convivir» en un momento en el que «la democracia se enfrenta a tiempos oscuros» ya que es la mayor esperanza para poder arreglar el mundo, mientras que Guillermoprieto advirtió de que, sin un periodismo «poderoso»

«bien financiado» y respetado por los gobiernos, «el mundo moderno, el mundo entrelazado, sería imposible» pese a tratarse de un oficio en el que “cuesta trabajo no solo vivir, sino sobrevivir».

La oceanógrafa Sylvia Earle, dijo por su parte, que «es el momento óptimo» para hacer las paces con la naturaleza y revertir la «guerra contra el mar» para salvar al océano, «el motor del clima de nuestro planeta azul».