Sobre el sexo de los ángeles siempre hubo dudas, pero con los Reyes Magos de Oriente, tan barbudos ellos, las cosas parecían estar claras. Pero nada es menos cierto.

La Iglesia anglicana acaba de poner oficialmente en tela de juicio la identidad más íntima de tan ilustres personajes. Según el Sínodo General reunido en Londres, los enviados que llegaron a Belén para postrarse ante Jesús recién nacido pudieron ser reinas y no reyes. Puestos a reescribir la historia, tampoco hay prueba, dicen los anglicanos, de su sabiduría y quizás ni siquiera fueran tres.

Los obispos han estado revisando la traducción de la Biblia autorizada en el siglo XVII y utilizada hasta ahora por 70 millones de fieles. En esa versión, los Reyes Magos figuraban como "the three wise men" (los tres hombres sabios), expresión que ahora ha quedado reducida a un simple "magi" (magos). La palabra magi, de origen persa, designaba a los oficiales de la corte del antiguo imperio, entre los que no se sabía si había mujeres, aunque parece poco probable. "Magi es una palabra que no desvela nada sobre el número, la sabiduría o el género implicado en el termino", señaló ayer Arn Kataria, portavoz del Sínodo, después de que la revisión fuera aprobada.

"El cambio realizado nos parece adecuado", añadió la misma fuente, negando de paso que la Iglesia haya sucumbido a las presiones bienpensantes de lo políticamente correcto. La decisión no cuenta sin embargo con la unanimidad de la curia. "Tienen tanto cuidado en no ofender a las feministas, que están dispuestos a abandonar todo lo que ellas podrían juzgar como ofensivo", señaló al Daily Telegraph un miembro del Sínodo que prefirió conservar el anonimato.

La única mención de los Magos en la Biblia procede del Evangelio según San Mateo, aunque el apóstol no menciona ni su número, ni su nombre, ni su raza ni mucho menos si iban en camello.