El astronauta Stephen Robinson se enfrenta hoy a una misión sin precedentes en el espacio. El tripulante, uno de los siete a bordo del Discovery, invertirá parte del tercer paseo espacial para tratar de solucionar el último problema localizado en el transbordador: la aparición en la panza de la nave de dos trozos de material de relleno del sistema de protección térmico que podrían suponer un riesgo cuando el Discovery regrese a la Tierra. "Conceptualmente es una operación muy simple, pero tiene que ser realizada con mucho cuidado", explicó Robinson. George Bush ha sido informado de sus peligros y reza por el éxito de la operación.

Collins, los otros seis tripulantes del Discovery y los dos de la Estación Espacial Internacional recibieron ayer una llamada del presidente de EEUU. Este les agradeció "que asuman un riesgo en beneficio de la exploración" espacial y expresó su deseo de "que la misión se complete con éxito. Rezamos por un regreso seguro", dijo el presidente.

En las instalaciones centrales de la NASA en Houston se admite lo delicado de la operación, que durará 90 minutos, y la importancia que tiene la reparación del transbordador antes de que regrese a la Tierra. "Hay una gran incertidumbre porque nadie sabe muy bien cómo funciona la aerodinámica a esas altitudes y a esa velocidad", explicó Wayne Hale, asistente de dirección del programa de transbordadores.

Robinson quedará suspendido del brazo robótico, dirigido desde dentro de la nave. El astronauta será llevado entonces hasta la base del transbordador y allí intentará extraer las dos protuberancias de material, que está pegado entre las losetas de protección térmica.

Primero intentará hacerlo con "un suave tirón con las manos". Si eso no funciona usará fórceps y dará un tirón "algo más fuerte". Si esa opción tampoco prospera, cortará los trozos con una pequeña sierra. Mientras, el segundo astronauta que realiza los paseos espaciales, Soichi Noguchi, estará efectuando otras tareas previstas con antelación.

La tripulación admite que la operación de reparación les inquietó inicialmente. El director adjunto del programa de lanzaderas, Wayne Hale, explicó que los expertos en aerodinámica analizan la situación con el fin de recomendar las medidas necesarias que hay que adoptar de cara al regreso, cuando el transbordador entre en la atmósfera.