La riada del Ebro remite poco a poco en Zaragoza, donde a las 18:00 horas tenía 5,37 metros de altura y un caudal de 2.613 metros cúbicos por segundo frente a los 5,76 metros de las 3 de la madrugada, mientras que el problema está ahora en los pueblos de la ribera baja, donde ya se han inundado cientos de hectáreas de cultivos.

De hecho, según las estimaciones del Gobierno aragonés, que comenzará mañana a analizar las medidas que es necesario tomar para paliar los graves efectos que ha tenido la riada del Ebro a su paso por la provincia de Zaragoza, el número de hectáreas de regadío anegadas podría superar las 25.000, el cinco por ciento del total aragonés.

ANALISIS

El consejero de Medio Ambiente, Alfredo Boné, explicó que se empezarán a celebrar reuniones sectoriales para analizar lo ocurrido y los daños ocasionados, sobre todo a cultivos y huertas, a explotaciones ganaderas y a infraestructuras como caminos y regadíos.

El Ejecutivo aragonés se plantea, como objetivos inmediatos, recabar información detallada de las consecuencias de la riada y empezar a definir la magnitud de los daños y las posibles medidas a adoptar para paliarlos, entre ellas la solicitud de declaración de zona catastrófica y la habilitación de créditos extraordinarios para paliar los daños en infraestructuras públicas y privadas.

Fuentes de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) explicaron que la cresta de la avenida en Zaragoza se produjo en meseta, con una punta intermedia de 2.957 metros cúbicos por segundo y una altura de 5,73 metros, con pequeñas oscilaciones "normales" en este tipo de fenómenos.

El descenso comenzó a primeras horas de la mañana y la cresta se sitúa ahora en las localidades aguas abajo de la capital, donde trabajan a destajo para minimizar los efectos.