El compromiso adquirido por el subdelegado del Gobierno en Pontevedra, Alejandro Millán, de dotar con medios modernos contra el fuel a los marineros de las Rías Bajas se ha convertido en papel mojado en sólo cinco días. Millán dijo ayer a los patrones que la cuestión no entra en su ámbito de competencias y que deben solicitar las barreras al comité de crisis encabezado por el vicepresidente Rajoy.

Tres de los representantes de las cofradías que participaron en la reunión mantuvieron la pasada semana una huelga de hambre exigiendo que llegaran los medios necesarios para "no tener que volver a sacar el fuel con las manos", y sólo abandonaron su protesta tras el compromiso adquirido por Millán. No es de extrañar que ayer estuvieran decepcionados y furiosos.

SOLO RASTRILLOS Y BOTAS

"Hemos vuelto a la situación anterior. El subdelegado dice que él sólo puede comprarnos rastrillos y botas de agua, y que el resto no es cosa suya", explicó el patrón mayor de Pobra de Caramiñal, Manuel Maneiro, uno de los protagonistas del ayuno.

Engañados por esta marcha atrás, los patrones no descartan emprender alguna nueva medida de protesta. "No vamos a renunciar a que cumplan con su obligación de proteger las Rías Bajas. Ahora confían en que volvamos a ser nosotros los que frenemos la marea negra, pero eso lo hicimos ante una situación desesperada", anunció.

Los técnicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) consideran necesario hacer un control de los efectos sobre la salud de la exposición al fuel. El estudio es urgente, según los técnicos, "entre los que trabajan en las tareas de limpieza".