Algunos de los ríos más caudalosos del mundo, incluidos el Ganges, el Níger, el Congo y el Huang-ho, han reducido de forma considerable su caudal en los últimos 50 años debido a los usos intensivos del agua, como la construcción de diques, los regadíos y otros aprovechamientos humanos, pero cada vez más por factores vinculados al cambio climático, como un aumento de la evaporación y un descenso de las lluvias regionales. Esto es lo que sostiene un análisis del Centro de Investigación Atmosférica de EEUU (NCAR), que se publica esta semana en el Journal of Climate de la sociedad meteorológica. Aunque no se trata de una tendencia común a todo el planeta, los autores advierten de que algunos más afectados abastecen justamente áreas muy pobladas o con un gran crecimiento demográfico.

"Un caudal reducido sube la presión sobre los recursos de agua dulce, en gran parte, del mundo, especialmente en aquellos con una mayor demanda", indica el coordinador del estudio, Aiguo Dai, hidrólogo del NCAR. "Al ser el agua dulce un recurso vital, las tendencias a la baja son motivo de preocupación".