Decenas de amigos de Maores, la adolescente de 14 años asesinada el fin de semana en Ripollet (Vallès Occidental, Barcelona), se concentraron ayer ante una biblioteca de la localidad para rendirle un sentido homenaje y condenar el crimen. La mayoría eran también amigos de los acusados, Luis y Sergio, con los que la víctima compartía el aula de segundo de ESO en el Instituto de Enseñanza Secundaria Can Mas del municipio. En una de las pancartas se mostraban las fotos de los detenidos.

La fiscalía de menores ha imputado a los dos menores un delito de homicidio. En su declaración ante el fiscal, Sergio, que acaba de cumplir 15 años, reconoció haber ido a buscar a Maores el viernes por la noche a su casa, pero aseguró que fue "un tal Abel", al que describió como "un gitano que a veces" se junta con ellos, el que mató a la chica.

El otro acusado, Luis, de 14 años, explicó que Sergio y Maores se pusieron detrás de un camión y que después vio que ella salía corriendo y que su amigo iba detrás con un palo. "Intenté separarles, pero me amenazó con hacerme lo mismo", dijo. Su abogada, Carmen Gómez, contó ayer que su cliente no se reencontró con Sergio hasta un rato después y que este le contó que había dejado con vida a la chica. "Tuvo miedo y es cierto que no lo evitó, pero tampoco participó en la agresión", añadió.

Dos amigas de la fallecida, Y. y C., declararon que ese viernes, Maores y Sergio se besaron en un banco, lo que daría una pista de la rencilla amorosa que pudo originar el ataque, que no comportó una agresión sexual. La víctima tenía los pantalones bajados por los trabajos de reanimación de los sanitarios.