Joan Riudavets Moll, el hombre más viejo del mundo, cumplió ayer 114 años en su domicilio de Es Migjorn Gran, en Menorca, donde fue objeto de un sencillo homenaje por parte de las autoridades de las islas. La vicepresidenta del Gobierno balear, Rosa Estarás (en la foto, la segunda por la derecha), y la presidenta del Consejo de Menorca, Joana Barceló (a la derecha de la foto), felicitaron al anciano (en el centro), que nació el 15 de diciembre de 1889 y que ha vivido en tres siglos distintos. El presidente Aznar le ha enviado un carta encabezada con un "querido amigo".

Con 114 años, Riudavets no pierde la sonrisa. Tampoco la salud. "No sé lo que es un dolor de cabeza", afirma orgulloso este hombre, que el 1 de octubre se convirtió en el hombre más viejo del mundo al fallecer el japonés Yukichi Juganchi.

El homenajeado es republicano --y así se lo dijo al propio Rey-- y fue alcalde pedáneo de su municipio cuando Es Migjorn Gran aún no tenía la independencia municipal. "Siempre he sido republicano, aunque sin malicia. No soy un revolucionario", asume. Riudavets se considera de izquierdas y siempre vota. En unas elecciones, Riudavets no salía en el censo: "Debieron pensar que era demasiado viejo para votar, pero se solucionó el error".

El hombre más viejo del mundo no tiene ningún secreto especial para mantener una salud de hierro. Suele levantarse después del mediodía y no fuma ni bebe café.