Por una novela, Gomorra, lleva cuatro años con siete escoltas, porque los camorristas de Nápoles quieren matarle. A los mafiosos les asustan más las palabras que el Ejército. Recibe a este diario en un hotel romano, previo cacheo. Las sirvientas tienen cara de polis y, a sus 31 años, Roberto Saviano pasea ese rostro inquietante de siempre. En el infierno en el que vive, habla de la belleza de la vida, como el título de su último libro, La belleza y el infierno, recopilación de textos diversos que aparecerá en castellano (Debate). En la sociedad globalizada, los símbolos pagan un alto precio.

--¿Le parece bien que empecemos por España?

--España ha ordenado el arresto de muchos mafiosos. Los tiempos han cambiado. Se ha pasado de los años 80, cuando el capo de la Camorra Antonio Bardelino compraba a los jueces, a la década de los 90, cuando se hacía ver que no había mafiosos, hasta hoy, en el que las mafias se empiezan a reprimir un poco.

--El otro día metieron a muchos mafiosos en prisión.--Han sido detenidos sin que en la legislación española exista el delito de asociación mafiosa. Con tantos mafiosos que viven en España, podrían introducirlo.

--Tendrá que decírselo a Rodríguez Zapatero.--Si pudiera hablar con él, le pediría que, antes de cualquier reflexión, incluso sobre el terrorismo, introdujera el delito de asociación mafiosa. Es lo que podría dejar como herencia para el futuro del país.

--"Los mafiosos italianos vienen a España a tomar el sol", me dijo un portavoz de un cuerpo policial.--Tal vez se lo dijo porque en España los mafiosos no disparan, todavía.

--¿Por qué tendrían que hacerlo? Aquí blanquean dinero, hacen negocios rentables, no molestan.--En París o en Londres tampoco disparan, lo hacen en otros lugares. La masacre de Duisburgo (seis mafiosos fueron asesinados en un restaurante en el 2007) fue una anomalía. Cuando los Casalesi (Camorra) tienen un problema en Barcelona, se disparan en Scampia (Nápoles). Los mafiosos rusos que viven en Londres se disparan en San Petersburgo. Pero algún día lo harán donde viven.

--¿Qué le hace pensar eso?--Porque sucederá como en Duisburgo, que los calabreses han empezado a considerar como territorio suyo y no alemán. Dispararán en España porque ya serán tantos que no podrán hacer como ahora, que arreglan sus cuentas en otro sitio, como el sur de Italia, donde matar ya no es noticia. Cuando suceda, ustedes se darán cuenta de la presencia de las mafias. Ahora no pueden.

--¿Italia ignora los muertos por la mafia?--En mi país se producen cada año tres o cuatro mil muertos por mafia. No son noticia. Si sucediera en Londres, el Gobierno militarizaría el territorio. Es cuestión de tiempo. Los mafiosos calabreses que han sido alejados por la misma mafia, están ocupando territorios en España y Portugal. Una familia de calabreses exilados se ha instalado en Oporto (Portugal) y los Casalesi (Camorra) derrotados residen en Granada. Todos los que huyen de Italia se van a España. Un día considerarán el lugar del exilio como su tierra.

--En España han aumentado los casos de políticos, principalmente administradores locales, enredados en algún tejemaneje mafioso. ¿Cómo se transforma un político de bien en un mafioso?--Si llega un empresario que quiere construir casas, levantar una industria, abrir una gran superficie o varios hoteles, tú, político, piensas que significa puestos de trabajo, riqueza, y que los electores lo apreciarán, de modo que sacarás 20.000 o 100.000 votos más. El administrador se siente honrado, porque no cobra peajes. Las mafias lo hacen desde hace años. En Tenerife o en Málaga.

--A veces los cazan.--En España existe el problema de la fianza. Pagan una fianza y salen de prisión. ¡Es gravísimo! En su país están orgullosos de la fianza, porque piensan que es una manera de ordeñar la vaca lechera de la mafia. No es así. ¿Qué fianza han pagado los detenidos de esta semana? ¿200.000 euros, 600.000? Para un narco es casi lo que gana en un día. Y no volverán a detenerle más. La fianza no es la solución para un país con una densidad mafiosa tan alta.

--En Italia se habla mucho de la derrota final de la mafia.--Es una trola. Hace dos veranos, Berlusconi dijo que pasaría a la historia por haber terminado con la mafia. Tiene metido en la cabeza el arresto de Matteo Messina Denaro, supuesto líder de la siciliana Cosa Nostra. Lo arrestarán y la operación será vendida como una victoria del Gobierno. Al lado de un camorrista o de un ´ndranguetista, Messina Denaro no cuenta nada. Le diré más. Cuando se dice que la mafia será diezmada, se refieren a la mafia militar, a la que mata. Yo digo que estas mafias no pueden prescindir de la dimensión armada. Cosa Nostra está acabada porque ha cometido demasiados errores, como las masacres o liarse con la política, lo que ha provocado el rechazo de la población y de los otros mafiosos.

--Si las mafias actuasen sin muertos, quizá serían fáciles de metabolizar.--La fuerza de mis paisanos (los camorristas) es que hacen negocios, pero cuando hace falta llega el sicario. Por ejemplo: adjudican unas obras públicas a una empresa, esta subarrienda la contrata a empresas mafiosas que, en una semana, arreglan todos los papeles. Lo hacen usando la amenaza. No pueden hacer negocios sin una trastienda armada. Si por el fin de las mafias se entiende que una familia mafiosa abandone las armas y sea legal, ya no será una mafia. Si pierden la opción militar, se transformarían en una presa que otros comerán.

--Usted dice que la organización terrorista ETA está metida en el narcotráfico y no le creen.--"No trafica en droga", me dijeron, mientras que los servicios secretos portugueses me lo confirmaban. Ellos me explicaron que en los balnearios de la costa llegan barcas llenas de cocaína que ETA recoge. Las personas con las que hablé, me decían: "OK a todo, pero no a que ETA trafique con drogas".

--De ser verdad, ¿por qué negarlo?--El motivo es que con un grupo terrorista se puede intentar negociar, con narcotraficantes, no.

--Usted vive escoltado desde hace cuatro años. Es como un prisionero en una celda minúscula, y en esa condición uno suele inventar un mundo para que la estrechez sea asumible.--Mi cosmos es el mosaico que desbribo en el libro La belleza y el infierno. Yo quería escribir y ser leído, y me he convertido en un símbolo heroico, blindado en lo privado. Todo resulta bastante inquietante. Al principio crees que vas a enloquecer, pero luego te acostumbras, y después vuelves a temer la locura y, al final, cuando te recluyes, reúnes todas las miradas, palabras y hechos que has podido vivir. Son mis momentos de vida real. Mi cosmos.