Los tiempos están cambiando… también para Bob Dylan. El actual premio Nobel de literatura ha tenido muchos imitadores pero seguramente nunca pensó que una máquina intentaría imitar sus letras. Investigadores del Barcelona Supercomputing Center han creado un robot artificial capaz de escribir textos que emulan canciones del cantautor de Minnesota, o que al menos lo parecen. Las habilidades de este Dylan apócrifo se podrán probar este sábado en un taller de escritura automática que organiza el CCCB abierto al público.

Los investigadores Fernando Cucchietti y Artur García han desarrollado una herramienta propia que utiliza el software Tensor Flow, que Google liberó el pasado enero para uso de los investigadores. Sobre él y utilizando grandes volúmenes de texto usados como ‘big data’, consiguen que el programa aprenda basándose en redes neuronales y patrones preestablecidos. "A partir de un millón de carácteres podemos hacer algo, aunque cuanto más material hay, más puede aprender el programa y refinar sus errores", afirma Cucchietti.

En el caso de Dylan, sus más de 500 canciones es un corpus un poco justo para sus fines. “No hay tantos autores que hayan escrito mucho. Lo hemos hecho con Ramon Llull, y se podría hacer con Shakespeare o con Alejandro Dumas, pero pocos más”.

Tensor Flow, pese a su poco tiempo abierto, ya es pieza clave para la inteligencia artificial y el aprendizaje profundo (deep learning, o cómo los ordenadores aprenden). Ha sido el germen de AlphaGo, el programa de DeepMind, propiedad de Google, que derrotó al campeón mundial de Go, Lee Sedol, el pasado febrero, y está detrás de los programas de traducción automática, reconocimiento del lenguaje y filtro antispam de la compañía del buscador.

PARA HACER EN CASA

El software que presentan este sábado funciona incluso con un PC doméstico y no muy nuevo, pero que tenga una tarjeta gráfica potente, "de más de 300 euros. Si no, también lo hace va más lento, aunque también podría funcionar en un 'smartphone' de los últimos”, afirma García. Porque lo que hace el programa es básicamente predecir lo que puede venir después de cada carácter e ir combinando esas posibilidades. “No reconoce el párrafo, se lo inventa, solo necesita un pie, una semilla (usando el término inglés,) que le dé pie a la respuesta y va combinando palabras que a veces son frases no terminadas, pero Dylan ya hace eso”, señala Cucchietti.

Este Dylan apócrifo “sin problema y sin vergüenza”, comentan, tiene también distintos rangos de deshinibición, según las instrucciones que se le den al programa. Puede ser más conservador o más lanzado, y según pruebas vistas por este diario, irse del supuesto Dylan al Joyce más incomprensible de Finnegan’s Wake. Google, en este sentido, ya ha liberado software que descarta frases ininteligibles.

EL LLULL TUITERO

Ramon Llull ha sido hasta ahora su banco de pruebas. El escritor mallorquín tiene un alias tuitero, @LoLlullElectric, que responde a tuits de otras personas con las frases que genera en un supuesto catalán medieval que también tiene problemas para ajustarse a los 140 carácteres. Cucchietti celebra que a veces a la máquina se le escape la ironía y llegue a aludir a “los princeps” cuando respondía a un comentario sobre Puigdemont, pero en otras ocasiones el resultado desvaría un poco, admiten.

Después de Llull también lo han probado con música. En el último Sónar+D presentaron un algoritmo, Algorritmo, que había aprendido de New Order y Daft Punk, entre otros, a generar música electrónica. “Al programa le cambiamos palabras por notas e hicimos algunas canciones. Y estas hicimos que las puntuara el público. Así el programa aprendía de los músicos, lo que componía y del público”, explica García.

Pero con Tensor Flow y con datos se han hecho ya muchas cosas, desde el guión de un documental de ciencia ficción a 'bots' que contestan imitando a Donald Trump (@deepdrumpf).