Según la versión de los hechos más repetida, la mayor concentración de lobos en Europa occidental se halla en la península Ibérica: su población es de hasta 3.000 individuos y está en crecimiento. Aunque los científicos pongan en duda estas estimaciones, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente se dispone a construir, basándose en ellas, una nueva estrategia para proteger y reforzar las poblaciones de lobo. Este borrador, cuyo periodo de alegaciones se acabó el 15 de octubre, debería actualizar el texto anterior, del 2005. Pero el último censo se hizo en 1988 y, aunque el Gobierno aseguró en octubre en el Congreso que en el 2013 realizaría uno nuevo, ese mismo mes canceló el concurso para encargarlo a una empresa, tras recibir alegaciones que cuestionaban la imparcialidad de la convocatoria.

Aparte de la decena de lobos observados en el parque natural del Cadí-Moixeró en los últimos años --que son de origen italiano--, los lobos de España y Portugal pertenecen a la subespecie del lobo ibérico, exclusiva de la Península y concentrada en el sector noroccidental. También hay una población aislada en Sierra Morena (Andalucía). En el 2007, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) clasificó los lobos ibéricos como especie "casi amenazada", por la fragmentación en su gestión y por la mortalidad causada por el ser humano.

EL TAMAÑO DE MANADA El censo de 1988 cifró en 294 las manadas existentes entonces en España, lo que suponía una población de entre 1.500 y 2.000 ejemplares, a los que se debía sumar los 100 o 120 de Portugal. Un estudio del 2005 actualizó estos datos, combinando cómputos de varias comunidades autónomas y de Portugal. El trabajo apuntaba a entre 254 y 322 manadas en la península, y más de 2.000 ejemplares. Pero otros estudios los elevan a 3.000.

"Son datos que tienen una gran incertidumbre", observa Jorge Echegaray, que investiga el lobo en la Estación Biológica de Doñana (Huelva). "Las comunidades dedican esfuerzos distintos a sus cómputos, lo que introduce errores. Además, los censos en España se hacen en verano, sin tener en cuenta la mortalidad de cachorros el invierno siguiente", apunta. Para estimar la población total, se asume que el tamaño de la manada es de entre 8 y 10 lobos. "De ser cierto, sería un récord mundial: en Portugal, Italia y otros países el tamaño de manada se estima de entre tres y seis", afirma Echegaray. Así, el crecimiento registrado sobre el papel en las poblaciones de lobos podría ser solo un efecto artificial del aumento del tamaño de manada empleado en los estudios.

"Los datos sobre el lobo mezclan política y ciencia: los ecologistas tienden a infravalorar la población, mientras ganaderos y administraciones la sobrevaloran", explica Juan Carlos Blanco, del grupo de expertos en lobos de la UICN y coautor del estudio del 2005 y de la estimación actual del tamaño de manada.

VISIBILIDAD "Los lobos son nocturnos y menos visibles que otros animales, como cigüeñas o buitres. Por eso se opta por contar manadas en lugar de individuos", señala Blanco. "Asumir entre ocho y 10 individuos por manada no es exagerado en verano: consideramos manada un grupo con cachorros, mientras que en otros países puede ser solo una pareja", afirma. El recuento se hace en verano porque entonces los cachorros no se mezclan con otras manadas, aclara Blanco. Con respecto al crecimiento, "el área de presencia ha crecido desde los años 70 y esto implica más población", dice.

Lo que une a los expertos es la preocupación sobre la futura estrategia. "La anterior fue un fracaso, pues no contenía ningún criterio cuantitativo de evaluación. Es esencial que esto se corrija", sostiene Echegaray. "La estrategia no tiene valor legal; tiene sentido si hay consenso entre los expertos, los actores implicados, y las comunidades, que tienen la competencia. Y parece que no lo está habiendo".