Ronaldo y Daniella Cicarelli pusieron ayer el broche oficial a un rumor que clamaba al cielo: la pareja ha roto definitivamente. Con una escueta nota de 27 palabras entregada a la prensa brasileña por sus portavoces, el futbolista y la modelo anuncian que se están separando y se reservan el derecho de "no dar mayores detalles sobre el episodio".

La pareja se casó sin valor legal el 14 de febrero en el castillo de Chantilly (Francia), y Cicarelli sufrió un aborto espontáneo al mes y medio de gestación. Ese incidente puede haber distanciado a la pareja, ya que Ronaldo fue el lunes a la fiesta de cumpleaños de su compañero David Beckham sin Cicarelli.

La pomposa celebración en París dio muestras del carácter fuerte de Cicarelli, a quien no le tembló la mano cuando echó de la fiesta a la novia de un amigo del delantero del Real Madrid porque, dijo, se había infiltrado.

Mientras Ronaldo reestrena soltería, su exesposa, Milene Domingues, aseguró ayer en una revista brasileña que ha encontrado al amor de su vida. Se trata del jugador del Racing de Santander David Aganzo, con quien planea casarse. Domingues asegura que por fin sabe "lo que es realmente amar y ser amada".

UNA NANA RECIBE A LETIZIA La calurosa acogida que tuvieron Felipe y Letizia en Mallorca quedó ayer superada por la emotiva y multitudinaria bienvenida en Menorca. El coro de la catedral de Ciutadella les cantó una nana y más de 10.000 personas salieron a su encuentro en esta ciudad de apenas 22.000 habitantes. Una pista del fervor: los Príncipes se demoraron 20 minutos en recorrer 100 metros de unas calles llenas de niños, mayores y jóvenes que habían salido para ver de cerca a la gran estrella del día, Letizia, que ayer volvió a casa con más detalles para la canastilla.

AUTOGRAFOS Y SALUDOS Ciutadella vivió por la tarde lo que Mahón ya había experimentó a mediodía. El guión fue parecido: miles de personas salieron a jalearlos y Letizia respondió a los saludos, dio besos a los que se encontraban en las primeras filas y no dejó de firmar autógrafos. En Mahón, recibió uno de los primeros regalos de la jornada: unas típicas abarcas para su futuro bebé.

Nada más llegar al Consejo de Menorca, la Princesa y su cintura fueron el objeto de todas las miradas.

En Mahón, la histeria se produjo junto al claustro del Carmen, donde mantuvieron un encuentro con empresarios. Allí, los ciudadanos abarrotaron las calles y no dejaron de hacer fotografías a los Príncipes, aunque la ganadora, también en encuadres, fue Letizia.

Pero no todo fueron baños a lo estrella de rock. Por la mañana, Felipe pronunció un discurso en la sede del Consejo de Menorca, donde subrayó el amor que sentía por la isla su abuelo, el conde de Barcelona, y el propio Rey. La presidenta del Consejo de Menorca, la socialista Joana Barceló, pidió el apoyo de la Corona para resolver los problemas económicos y territoriales de la isla.

Luego, los Príncipes se reunieron con los principales empresarios de la industria menorquina. Y comieron en un restaurante del puerto de Mahón antes de dirigirse a una fábrica de quesos donde el Príncipe recibió la foto de una visita del Rey en 1973. La jornada acabó con un encuentro con 200 representantes de la sociedad civil en Ciutadella.