Ocho meses después de que el Vaticano colocase a un joven obispo (48 años) de talante ultraconservador y beligerante con el nacionalismo vasco, José Ignacio Munilla Aguirre, al frente de la diócesis de San Sebastián, la historia se repite. El Papa designó el martes al todavía más joven Mario Iceta Gavicagogeascoa, de 45 años, formado en el Opus Dei, obispo de Bilbao. En poco tiempo, el hacedor de ambos nombramientos, el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, ha asestado dos golpes de consideración al clero nacionalista, mayoritario en el País Vasco.