Mengua el rebaño y también escasean y flaquean los pastores. El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Antonio María Rouco, situó ayer la carencia de vocaciones a la cabeza de los problemas que durante esta semana abordarán los obispos españoles en asamblea plenaria.

"Los sacerdotes somos pocos y cada vez de más edad", resumió el cardenal de Madrid antes de dar datos sobre la profundidad de la crisis del sacerdocio y advertir sobre la crisis social y económica y de la discriminación de la enseñanza de Religión.

En su visión de la crisis económica, Rouco apuntó que el sistema financiero se ha visto afectado por quiebras de orden ético y, por tanto dependientes de la conducta de las personas. "Lamentablemente hay corrupción e ilegalidad tanto en el comportamiento de sujetos económicos y políticos de los países ricos, nuevos y antiguos, como en los países. El desarrollo es imposible sin hombre rectos", subrayó.

CONTRASTES En España hay 23.059 parroquias, de las que 10.615 ya no tienen sacerdote titular. Lo peor de esta "realidad preocupante" es que lleva camino de empeorar. Según los datos subrayados por el cardenal Rouco, cada sacerdote debe atender, como término medio, a 3.445 personas y su edad media se sitúa en los 63,3 años.

La preocupación se agrava, según el purpurado, por las circunstancias que obligan a los sacerdotes rurales a hacer largos desplazamientos para atender a una infinidad de pequeñas comunidades, "que no reúnen muchas veces más de 10 personas de edad avanzada".

En las áreas urbanas, por contra, la preocupación se centra en que "uno o dos sacerdotes se ven obligados a servir a dos o tres decenas de miles de personas de muy distintas edades y condiciones culturales y religiosas".

No obstante, el presidente de la CEE se felicitó de que la contestación clerical que floreció en los años siguientes al Concilio Vaticano II, que llevó a colgar la sotana a más de 5.000 curas, "ha perdido virulencia".

"Si el momento es grave y apremiante, la esperanza es más honda y la motivación apostólica nos urge", apostilló Rouco, al tiempo que pició a la asamblea propuestas concretas para fomento de las vocaciones.

Para la Iglesia la crisis moral también se plasma en la situación educativa de España. Aprovechando la presencia en el plenario del nuevo nuncio, Renzo Fratini, Rouco se mostró a favor del "deseado pacto escolar" y denunció el adoctrinamiento que, a su juicio, promueve la asignatura de Educación para la Ciudadanía, y la "flagrante marginación" de la clase de Religión.

Rouco reiteró que el problema deriva del incumplimiento por parte del Gobierno de los acuerdos Iglesia-Estado en esta materia. La deficiente regulación se agrava con "la carencia de una verdadera alternativa académica" a la clase de Religión".