El cardenal y arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco, lanzó ayer duras críticas contra los sacerdotes de la parroquia de San Carlos Borromeo, en el barrio de Vallecas, al recordar, durante la homilía del Corpus Christi en la plaza de Oriente de Madrid, que "profanar la eucaristía supone un desprecio de la muerte del Señor" y que los religiosos no deben ser los protagonistas de la celebración litúrgica.

"Hemos de lamentar con profundo dolor los abusos y profanaciones del sacramento de la eucaristía de los que hemos sido testigos recientemente en nuestra diócesis", manifestó Rouco Varela en alusión a la llamada parroquia roja. Y añadió que "apartan a sus autores de la comunión en la fe y en la vida eclesial, que es el único marco válido de celebración de estos sagrados misterios".

Pocas horas antes, el arzobispo de Toledo, Antonio Cañizares, reconoció en dicha ciudad castellana que la Iglesia no está suficientemente unida, sino que tiene "tantos grupos y tendencias", que parece como "desgarrada o hecha jirones".