Un significativo número de áreas dentro de la cuenca mediterránea sufre una acumulación de actividades productoras deruido submarino de origen antropogénico, y muchos de los llamados "puntos negros de ruido submarino" se superponen con importantes hábitats de cetáceos. Así se desprende de un informe hecho público por la organización Alianza Mar Blava en el que han participado científicos de Francia, Italia, Suiza y Estados Unidos, que por primera vez han realizado un mapa que muestra la densidad de las principales fuentes de ruido antropogénico en toda la cuenca del mar Mediterráneo, encargado por el Acuerdo sobre la Conservación de los Cetáceos en el Mar Negro, el Mar Mediterráneo y la Zona Atlántica Contigua (ACCOBAMS, en sus siglas inglesas).

La finalidad del estudio era identificar las áreas afectadas por el ruido submarino, exponer la necesidad de una mejor evaluación científica del mismo e implementar las medidas de conservación adecuadas. El informe "Overview of the Noise Hotspots in the ACCOBAMS Area" (Visión general de los puntos negros de ruido submarino en el área ACCOBAMS) para el período 2005 a 2015 evaluó los datos recogidos en puertos y marinas, plataformas de perforación de petróleo, actividades de exploración sísmica, posiciones de tráfico marítimo, actividades militares y proyectos de parques eólicos.

Según las conclusiones, es particularmente preocupante el aumento en dicho periodo de las actividades de adquisición sísmica(sondeos acústicos), sobre todo en relación con las exploraciones para la búsqueda de yacimientos de petróleo y gas en el subsuelo marino. Estas actividades generan un tipo de explosión que emite ondas acústicas de enorme intensidad y frecuencia que provocan un nivel de ruido en el medio marino de 10.000 veces a 100.000 veces mayor que el motor de un avión a reacción.

El nivel sonoro generado dobla el umbral del dolor en el ser humano y produce daños fisiológicos irreversibles e incluso la muerte en cetáceos, tortugas, peces e invertebrados, explican los científicos en sus conclusiones. Además, revelaron varios focos de contaminación acústica submarina que se superponen con áreas de especial relevancia para las especies de mamíferos marinos susceptibles al ruido, y áreas que ya están declaradas protegidas o propuestas por el ACCOBAMS.

De acuerdo con el informe, estos hábitats de cetáceos incluyen el Santuario de Mamíferos Marinos de Pelagos en el Mar de Liguria, el estrecho de Sicilia, y partes de la Fosa Helénica, así como las aguas entre las Islas Baleares y España continental, donde se acumulan las actividades productoras de ruido.