La secretaria de Estado de Inmigración, Consuelo Rumí, resaltó ayer los esfuerzos de Marruecos durante 2004 para atajar la inmigración ilegal y dijo entender la nota de Rabat por las "duras palabras" del presidente del Cabildo de Fuerteventura contra ese país, "que sólo se comprenden por la tensión vivida".

En declaraciones a Efe, Rumí se lamentó de la muerte, el día 23, de quince inmigrantes que intentaban alcanzar las costas de la isla de Fuerteventura, unos hechos "emocionalmente muy intensos, pero la sensibilidad y el drama no nos pueden impedir hacer un análisis sosegado".

Al día siguiente, una patera con 36 inmigrantes fue interceptada en Fuerteventura. En lo que va de año han muerto en aguas canarias 128 personas, 48 más que en 2003. "Los datos, que son fríos y no le quitan un ápice a la tragedia, reflejan que ha aumentado la colaboración entre España y Marruecos de modo espectacular: más de 400 redes de tráfico de seres humanos desarticuladas y 26.000 intentos abortados de inmigración ilegal, de éstos 17.000 subsaharianos, en actuaciones dentro de Marruecos".

Durante 2003, manifestó la secretaria de Estado de Inmigración y Emigración, se desbarataron cien redes de tráfico de seres humanos y se abortaron alrededor 7.000 intentos de inmigración clandestina, también en territorio marroquí.

"Esto pone de relieve que hay una colaboración; los controles están funcionando y es el número de subsaharianos el que aumenta, el de marroquíes disminuye", señaló la responsable, quien admitió que "aún queda mucho por hacer".

Reconoció que la situación de Fuerteventura es "muy intensa" y, por ello, dijo entender las "reacciones duras y comprensivas ante un momento de drama como el que se vivió", en alusión a las palabras del presidente del Cabildo de Fuerteventura, Mario Cabrera.

Cabrera exigió al Gobierno central una "postura de presión ante Marruecos" para obligar a sus autoridades a actuar decididamente contra el tráfico de personas, y acusó a ese país de usar a estos inmigrantes como "moneda de cambio en sus negociaciones" con la Unión Europea y España. Las declaraciones motivaron un comunicado de rechazo de la dirección general marroquí de la Migración y Vigilancia, una nota que --según Rumí-- "se ajusta a la realidad del trabajo que realizan y corresponde a los datos que tiene España".