El jefe del Servicio Sanitario de Rusia, Guenadi Oníschenko, puso ayer en duda las afirmaciones de las autoridades alemanas de que se ha encontrado el origen y foco de la agresiva variante de la bacteria E. coli que ha causado más de 30 muertos.

"Respetamos los resultados de las investigaciones obtenidos, pero la realidad objetiva dice lo contrario", declaró Oníschenko, y subrayó que el número de contagiados en Europa supera ya las 3.200 personas.

"Si el factor de la infección se hubiese aclarado, la enfermedad no crecería", afirmó. Por tanto, "actuamos en conformidad con los acuerdos alcanzados y no de las declaraciones de uno u otro comisario", añadió el jefe del Servicio Sanitario.

Oníschenko se refería a las declaraciones del comisario europeo de Sanidad, John Dalli, quien afirmó ayer que ahora que "la fuente de contaminación está identificada ... los consumidores europeos y los socios comerciales pueden tener plena confianza en la seguridad de las verduras europeas".

Dalli también aseguró en un comunicado que la Comisión Europea y los países de la UE extraerán conclusiones de esta crisis con vistas a reforzar el sistema de alerta y de respuesta comunitarios ante eventuales futuras crisis.

SIN MOTIVOS OPTIMISTAS "El proceso epidémico en Europa no ha sido detenido, por lo cual no hay motivos para despreocuparnos", añadió Oníschenko.

Tal y como se acordó en la cumbre de Rusia y la UE, dijo, el Servicio Sanitario trabaja con los correspondientes organismos europeos para "elaborar el mecanismo que garantice la seguridad de las verduras que se envíen a Rusia y que permita levantar el veto a las importaciones de verduras europeas".

Rusia vetó la importación de verduras europeas la semana pasada. Oníschenko añadió que en su país se adoptan medidas profilácticas complementarias con el objetivo de impedir la entrada de la infección. En particular, se lleva a cabo el chequeo sanitario de los pasajeros procedentes de Europa.

La crisis sanitaria ha causado en estas semanas daños multimillonarios en el sector agrícola, en especial en España, que fue señalada por Alemania en un primer momento como origen de la contaminación.