La operación de cambio de sexo a que el pasado diciembre accedió un adolescente de 16 años --ahora es sexualmente una mujer-- en el Hospital Clínico de Barcelona fue financiada por su familia tras ser autorizada por un juez. El Clínico es el único centro sanitario público autorizado en Cataluña para realizar operaciones de reasignación de género (o cambio de sexo), pero esa acreditación excluye a los menores de 18 años ya que la Generalitat, asumiendo protocolos internacionales y el consenso médico y psiquiátrico, no contempla que la intervención afecte a personas en periodo de maduración psicológica. Esta posición, no obstante, no impide que un adolescente pueda acceder a un cambio de sexo quirúrgico y hormonal completo si así lo aprueban los familiares del interesado y un juez, tras analizar el informe de un médico forense.

El joven operado en Barcelona había completado su pubertad, tenía un buen estado físico y un equilibrio mental adecuado, informó ayer el cirujano que realizó la intervención, Iván Mañero, que atiende en el Clínico la cirugía de cambio de sexo, tanto la que cuenta con financiación pública como la que se solicita de forma privada.

DISCORDANCIA Como ocurre a la mayoría de las personas que deciden emprender una intervención de tal envergadura e implicaciones, el adolescente que ha accedido al cambio sexual sufría desde niño una grave discordancia entre sus órganos sexuales fisiológicos y el género con el que psicológicamente se identificaba. Se sentía niña desde que tenía 4 años, explicó el cirujano, pero tenía el sexo de un niño. La disparidad se intensificó al llegar a la adolescencia, lo que le causaba un intenso sufrimiento, prosiguió Mañero. Hace dos años, el chico inició un tratamiento psiquiátrico, endocrino y hormonal dirigido a preparar el camino hacia la nueva identificación personal y sexual.

La operación le construyó una cavidad vaginal, empleando piel del pene, y dio forma a unas glándulas mamarias. Con el escroto se dio forma a los labios externos y una parte del glande facilitó la creación de un clítoris que conservó las terminales nerviosas para mantener la sensibilidad. Esta intervención es realizada con cierta frecuencia por el doctor Mañero, que ha intervenido a un centenar de personas en el Clínico. La adolescente resultante de esta operación deberá tomar estrógenos de forma permanente, ya que su cuerpo no genera estas hormonas femeninas, sin las que podría sufrir descalcificación ósea precoz.