Todo apunta a que alguien en la Oficina de Estadística del Vaticano cometió un error (alguien que, sin duda, habrá tenido que pasar el mal trago de visitar el despacho del jefe). El lunes pasado, L´Osservatore Romano hizo pública una noticia de la que rápidamente se hicieron eco las ediciones digitales de algunos periódicos europeos: la Iglesia católica había perdido más de 94.000 religiosos entre el 2005 y el 2006, cerca del 10% del total. La cifra no hacía más que confirmar los presagios que había trazado el Papa en algunos de sus discursos, en los que con frecuencia habla de la falta de vocación.

El periódico nacional del Vaticano citaba a la Oficina de Estadística, la fuente oficial y autorizada para ventilar esta clase de información. Alguien en el pequeño Estado, sin embargo, debió darse cuenta de que eran demasiados religiosos, y demasiadas vocaciones perdidas, y de la revisión salió un dato distinto, menos dramático para los intereses de la Iglesia: no eran 94.790, sino 7.230. No era un 10%, sino un 0,7%. No era tan grave como parecía. En resumen, no era noticia. Lo que sí fue noticia fue que el Vaticano tuviera que rectificar a su órgano de información.