Las críticas por la situación en la que se ven obligados a vivir los menores extranjeros en Melilla y, por extensión, en el resto del país se han internacionalizado a raíz de que la muerte de dos jóvenes a comienzos de este año. Uno de ellos, de 17 años, fue hallado sin vida en su cama del centro de menores Gota de Leche, por lo que Save the Children reclamó al Defensor del Pueblo que investigue la situación dado que «el modelo de protección de los MENA es manifiestamente insuficiente», y ocasiona «muchas situaciones de vulneración de los derechos de estos menores» porque, en cualquier caso, «prima que son menores antes que migrantes».

Desde el Gobierno de Melilla, por su parte, se reprocha que los padres de una de las víctimas acudieran a «recoger el cadáver del menor y no a buscarlo de la calle», criminalizando a las oegenés que atienden a los chicos y localizaron a los progenitores para que identificaran el cadáver.