Scotland Yard manejó con "graves deficiencias" el caso del brasileño Jean Charles de Menezes, muerto en 2005 por agentes que lo tomaron por un terrorista suicida, según una investigación oficial divulgada hoy en el Reino Unido. Además, el subcomisario encargado de las operaciones especiales de Scotland Yard, Andy Hayman, "mintió" a la opinión pública al no informar a tiempo a sus superiores, entre ellos el comisario jefe de la fuerza policial, Ian Blair, de que habían matado a un inocente.

Según la investigación, el comportamiento de Hayman "condujo a una información incorrecta o engañosa divulgada por la Policía Metropolitana (de Londres)". De esa manera, Blair, a quien la familia del brasileño había acusado de engañar, quedó exonerado porque permaneció "casi desinformado por completo" sobre los detalles del suceso. Esas conclusiones figuran en el segundo informe sobre el caso elaborado por Comisión Independiente de Quejas a la Policía (IPCC), supervisora de la labor de las fuerzas del orden en el Reino Unido.

Menezes, que tenía 27 años y trabajaba como electricista, murió al recibir ochos tiros (siete en la cabeza y uno en el hombro) de agentes de la brigada antiterrorista de Scotland Yard el 22 de julio de 2005 en la estación de metro de Stockwell (sur de Londres). Los policías confundieron a Menezes con uno de los terroristas que perpetraron los atentados fallidos de la víspera contra tres estaciones de metro y un autobús urbano de la capital (21-J). Esos ataques fueron un calco de los cometidos el 7 de julio de 2005 contra la red de transporte londinense, que causaron 56 muertos -incluidos los cuatro terroristas suicidas- y unos 700 heridos.

Horas después del tiroteo, Ian Blair aseguró que el suceso estaba "directamente relacionado" con la operación antiterrorista del 21-J. Pero antes de esa declaración, los agentes implicados en el operativo ya se habían percatado de la fatal equivocación al haber hallado, minutos después del tiroteo, documentos en la cartera de Menezes que revelaban su identidad, según el informe de la IPCC.

Hayman comentó entonces ante varios periodistas especializados en sucesos que la víctima no era uno de los terroristas del 21-J, pero no alertó a Blair de ese extremo y permitió la difusión de un comunicado en el que se mantenían las dudas sobre la víctima. En una rueda de prensa en Londres, uno de los miembros de la IPCC, Naseem Malik, señaló hoy que Hayman ocultó "de forma deliberada" esos datos a su jefe.

Fue ya al día siguiente cuando el comisario jefe rectificó su versión de los hechos, admitió que los policías habían abatido a una persona inocente y pidió disculpas públicamente. En su versión inicial, el comisario jefe también dijo que el joven electricista había desobedecido las órdenes de los policías, y su actitud y vestimenta habían levantado sospechas.

La investigación de la IPCC, empero, ha comprobado que el brasileño había entrado en el metro como cualquier usuario y fue disparado a quemarropa cuando estaba sentado en un vagón, por lo que la familia de Menezes acusó a Blair de mentir y exigió su dimisión.

Tras conocerse el informe, el jefe de Scotland Yard compareció hoy ante la prensa para disculparse por los "fallos" de la Policía, volvió a pedir perdón a los familiares del brasileño por la "tragedia" y sentenciar: "Yo no mentí a los ciudadanos".

La familia de Menezes, por su parte, consideró "increíble" la desinformación de Blair, se declaró "muy decepcionada" con los resultados de la investigación y lamentó que se haya tratado la muerte del electricista como la de "cualquier animal".

El informe difundido hoy es el segundo que emite la Comisión y se ha centrado en las quejas de los familiares del difunto sobre la información errónea que facilitó Scotland Yard. El primer informe, que abordó las circunstancias que rodearon al tiroteo, se publicó el año pasado y recomendó que no se sancionara a los once agentes que participaron en la operación. La Fiscalía del Estado decidió entonces no formular cargos contra los policías argumentado que no existían "pruebas suficientes", y sólo acusó a la Policía Metropolitana en su conjunto de violar la Ley de Salud y Seguridad en el Trabajo.