Juan Carlos López, historiador emeritense, acaba de publicar su tesis doctoral: Mérida y la II República. Historia de un tiempo y sus protagonistas , un trabajo que ha obtenido la calificación Cum Laude por la UEx.

--¿Por qué este periodo?

--Me interesa todo lo que tiene que ver con la historia contemporánea de Mérida porque en cualquier biblioteca hay un montón de trabajos sobre la ciudad en época romana, visigoda o árabe, pero sobre la historia más reciente no hay casi nada, a excepción de alguna que otra obra de tipo costumbrista. Trabajos científicos hay muy pocos.

--¿Se conoce poco de la historia reciente de Mérida?

--Lo más difícil es que partía prácticamente de cero, aunque esto también tiene su lado positivo, porque es un trabajo que viene a cubrir un vacío.

--¿Qué descubre el lector?

--Comprobará cómo los grandes paradigmas que hay a nivel nacional sobre la apuesta por la cultura, la educación o la lucha contra las desigualdades se reproducen en Mérida. Se abren nuevos centros de enseñanza, iniciativas culturales, se intenta dar empleo a todo el mundo... También se encontrará con curiosidades y con algunas algunas de sus personalidades.

--¿Cómo cambió Mérida durante este periodo?

--El cambio más sustancioso se plasma en el ayuntamiento. Se pasa de una ciudad de unos 20.000 habitantes más cercana al antiguo régimen que a una ciudad de la Europa del siglo XX. El control de la ciudad estaba en manos de grupos de poder, unas pocas familias. Con la II República aparecen nuevos personajes.

--¿En qué ganó con el cambio?

--Desde luego ganó en democracia. Entraron representantes de los sustratos más bajos de la población que no habían tenido nunca antes la oportunidad de hacerlo. En el apartado cultural y educativo también lo hizo. Se multiplicaron los centros de primera enseñanza y aparecieron los de segunda, se estrenaron las representaciones en el teatro romano tras las excavaciones. Se creó la biblioteca municipal, el instituto Santa Eulalia o la Escuela de Arte.

--¿Qué personalidad destaca sobre el resto?

--Yo destacaría a Andrés Nieto Carmona, quien fuera alcalde hasta la guerra civil. Una persona que llega al gobierno con 30 años y sin apenas estudios, y que resalta por su capacidad de liderazgo y visión de futuro. Escuchaba a los demás y hacía suyo todo aquello que pudiera beneficiar a la ciudad. Otro fue Francisco López de Ayala, alcalde durante la dictadura de Primo de Rivera, quien hizo gala de una gran lealtad institucional.