El secretario de Juan Pablo II, Stanislaw Dziwisz, mostró ayer su enojo por el rosario de informaciones que apuntan a que el Papa se halla en la recta final de sus días desacreditando a quienes se hacen eco de esa inquietud. "Muchos periodistas que en el pasado han hablado y escrito de la salud del Pontífice están ya en el cielo", espetó el poderoso secretario, elevado hace unos pocos días a la dignidad de arzobispo, dirigiéndose a un grupo de informadores que asistieron a la audiencia privada que Wojtyla concedió al presidente de Lituania, Rolandas Paksas.

Dziwisz, que acompaña como una sombra al Papa desde que, hace 25 años, viajó con él desde Cracovia al Vaticano, se mostró sin embargo condescendiente con el cardenal alemán Joseph Ratzinger, que confirmó a la revista Bunte que el jefe de la Iglesia católica "está mal" y pidió a la feligresía que "rece por él".

"El cardenal Ratzinger lloraba el miércoles al explicar que no había concedido ninguna entrevista, sino que sólo se había encontrado con un periodista por la calle y se limitó a decirle: Si el Papa está mal, rezad por él´", explicó.

Ajeno a las palabras de Dziwisz, el cardenal arzobispo de Viena, Christoph Schönborn, reconoció ayer a la radio que Juan Pablo II "se acerca a los últimos días y meses de su vida".