Miles de personas se llevaron ayer un buen susto, aunque no pasó de eso, como consecuencia de un inusual terremoto que se registró por la tarde en el departamento francés de Altos Pirineos, con epicentro de cerca de Lourdes, y que alcanzó la mayor intensidad en toda la región desde 1996. El Instituto Cartográfico de Cataluña (ICC) informó de que la sacudida se produjo a las 19.19 horas y tuvo una magnitud 5 en la escala de Richter, aunque el Instituto Geográfico Nacional (IGN), dependiente del Ministerio de Fomento, lo rebajó a 4,5.

El seísmo se apreció en buena parte de Cataluña, incluso en ciudades tan distantes como Tarragona, Mataró, Vic y Barcelona, así como en zonas de Navarra y Aragón, incluyendo Zaragoza. En Barcelona, Nou Barris y Gr cia fueron los distritos en los que más se apreció el movimiento. El terremoto, que duró unos 15 segundos, no provocó daño alguno. Tampoco en Francia.

En las dos horas posteriores, los sismógrafos detectaron una decena de réplicas imperceptibles para la población. La mayor tuvo una magnitud 2,2.

El 112 de la Generalitat recibió, en esas dos horas, un centenar de llamadas de vecinos que habían visto cómo el suelo temblaba. Es imposible contabilizar aquellos que telefonearon a sus respectivas policías locales, a los Mossos y a la Policía Nacional.

UNA SACUDIDA MUY RAPIDA El movimiento fue claramente percibido en el Pirineo de Lleida, una zona donde los seísmos se repiten con relativa frecuencia. "Ha sido como una vibración, una sacudida muy rápida", relataba una vecina de Salardú. Explicó que llegó "a sentir miedo", porque, por un momento, pensó que había entrado alguien y "estaba golpeando las paredes".

En La Seu d´ Urgell, la policía local atendió media docena de llamadas. El pasado agosto, un terremoto de 2,6 grados, con epicentro en Montferrer ya despertó la alarma en la capital pirenaica, informa María Jesús Ibáñez.

En Andorra el temblor se notó con claridad y los bomberos recibieron numerosas llamadas, pero no tuvieron que hacer una sola actuación. Solo leves sustos, como el que relataba anoche Josep Maria Bautista, que vio como una pantalla plana colgada en la pared de su casa oscilaba "unos centímetros". Natalia, vecina de Eixample, trabajaba frente a ordenador cuando también notó que su edificio temblaba.