Las tragedias en aguas del Atlántico se siguen sucediendo. Otros 25 emigrantes clandestinos que intentaban alcanzar las Canarias en un cayuco fueron rescatados el sábado por pescadores de Saint Louis, 320 kilómetros al norte de la capital senegalesa, Dakar. De su relato se desprende que 102 personas desaparecieron en el mar a lo largo de los 14 días de penosa travesía.

Según el testimonio de los supervivientes, la embarcación, con 127 personas a bordo, volcó dos veces y la mayoría de los desaparecidos se ahogaron. Otros sucumbieron al agotamiento, el frío, el hambre y la sed, y sus cuerpos fueron lanzados al mar. "Creíamos que llegaríamos a España sin problemas, porque llevábamos GPS. Pero el temporal nos frenó frente a las costas del Sáhara. El oleaje no nos dejaba avanzar, y ya llevábamos varios días sin provisiones. Solo podíamos beber agua de mar. Tuvimos que dar la vuelta", explicó a la AFP uno de los rescatados, Siaka Dieng, en el Hospital Regional de Saint Louis.

Aunque sus vidas no corren peligro, los náufragos llegaron extenuados y deshidratados. Muchos presentaban llagas y heridas por mordeduras de peces, además de diarreas y "un estado depresivo, marcado por alucinaciones" tras la terrible experiencia vivida, informó el doctor Demba Dieng.

Un temporal con fuertes vientos y frío intenso ha azotado la zona en los últimos días. La Marina senegalesa emprendió ayer una operación de búsqueda, pero las esperanzas de hallar supervivientes son prácticamente nulas. Al parecer, el cayuco procedía de la región de Casamance (sur de Senegal) y podría haber recogido más viajeros en Djiffer (centro).

MENOS SALIDAS Desde finales de septiembre, las duras condiciones meteorológicas propias de esta época habían frenado notablemente la salida de cayucos con destino a Canarias.

A ello ha contribuido el dispositivo de vigilancia conjunto de la UE (Frontex) y las fuerzas de seguridad senegalesas, que ha interceptado una decena de embarcaciones con unas 600 personas a bordo, así como las cerca de 5.000 repatriaciones realizadas desde España en septiembre y octubre.

Pero pese a todo, sigue habiendo intentos, extremadamente arriesgados, de desafiar el mal tiempo y buscar rutas alternativas a las vigiladas por Frontex.