La compleja cooperación de Senegal, clave para detener la oleada de cayucos, dio ayer un decisivo paso adelante después que el presidente Abdoulaye Wade se quejara del retraso en el pago por parte de España de ocho millones de euros prometidos.

Tras una reunión celebrada con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, una delegación senegalesa anunció anoche no solo la puesta en marcha del operativo de vigilancia bloqueado hasta ahora, sino también el refuerzo con medios aéreos que controlarán todo el espacio marítimo de su país.

Ni la delegación del país africano, encabezada por su ministro del Interior, Ousmane Ngom, ni su homólogo español, Alfredo Pérez Rubalcaba, quisieron entrar en la cuestión del dinero reclamado, pero por el tono de las declaraciones del dirigente senegalés, Rodríguez Zapatero debió la respuesta esperada por Wade.

Rubalcaba y su homólogo explicaron que el operativo europeo de control de la costa senegalesa funciona finalmente con una patrullera y un helicóptero español, una embarcación y un avión italianos y en las próximas 48 horas se espera a otra lancha de la Guardia Civil. "Ya hemos empezado a interceptar cayucos", anunció Rubalcaba.

MILITARES ESPAÑOLES Los aviones que lo reforzarán estarán pilotados en una primera fase por militares españoles que entrenarán al personal senegalés. Cuando estén en disposición de tripularlos, España "cederá o venderá en condiciones preferentes los aviones a Senegal", según el ministro.